Con gran preocupación se ha recibido por las personas amantes de la naturaleza de los pueblos de la Sierra de Enguera, la noticia de que el Ayuntamiento de Enguera quiere volver a iniciar las talas abusivas del arbolado adulto de los tres montes de Utilidad Pública propiedad del municipio (MUP n 72, 74 y 75). Unas veces bajo el eufemismo de “biomasa” que en realidad no debiera englobar árboles con un diámetro superior a los 23 cm y a 130 cm del suelo, se pretenden talar no menos de 15.000 tm (quince mil toneladas). En otras ocasiones de habla de “aprovechamiento de madera” que sí permitiría las talas de esos árboles. La imprecisión no ayuda a salvaguarda alguna. En peligro quedan los mejores pinares de la sierra y sin respetar, por supuesto, los mejores ejemplares, aquellos cuya tala es más rentable y cuya protección sería más necesaria. Quizás en esta ocasión no se repita tanto la palabra biomasa porque ahora ya está claro que la extracción de la misma fue un rotundo fracaso.

Colaboré activamente en la denuncia en 2016 de todos los abusos que se estaban cometiendo en aquel momento y solo puedo expresar mi sorpresa y estupefacción por el hecho de que el cambio en la dirección política de la Conselleria de Medio Ambiente parezca pasar sin efecto alguno, al menos positivo, sobre las actuaciones depredadoras de nuestra riqueza forestal. Resulta difícilmente concebible que los mismos técnicos de dicha conselleria que favorecieron, avalaron y silenciaron las talas realizadas en 2015 y 2016, de nuevo vuelvan a estampar su firma en las nuevas talas aprobadas. ¿No son conscientes en la dirección política de la conselleria de que esos técnicos no quisieron ver hasta el final los graves incumplimientos en la ejecución de las talas que finalmente llevaron a su interrupción? Por otro lado ¿cómo es posible que pueda confiarse en un verdadero seguimiento de los trabajos a realizar, cuando todavía no se ha restaurado nada de los daños que se ocasionaron en 2015 y 2016?

Carece de sentido y raya en lo grotesco volver a poner a los zorros al cuidado de las gallinas, máxime cuando en el nuevo condicionado técnico al que deben ajustarse las talas, a realizar hasta el 31/12/2021, incluso se relajan los anteriores condicionantes ya incumplidos en su día. Tampoco es de recibo que se valore en apenas 5 euros la tonelada de árbol cortada, es decir menos de un euro por un pino adulto que necesitó más de 20-25 años para crecer y que en pie y con vida ofrece una riqueza muy superior dando sombra, protegiendo los suelos y reteniendo las aguas para evitar la erosión. Unos euros que muy probablemente ni siquiera lleguen a las arcas municipales si el Ayuntamiento de Enguera acepta que se le pague “en especie”, es decir con más talas enmascaradas bajo el comodín de la selvicultura preventiva.

Urge que los responsables políticos de la conselleria hagan valer los criterios que defendieron cuando estaban en la oposición y comprendan que el empleo de maquinaria pesada diseñada para formaciones boscosas del norte de Europa no puede seguir empleándose en nuestros montes mediterráneos por el grave daño que realizan a la vegetación arbustiva, especialmente en laderas de pronunciada pendiente que quedan indefensas ante las lluvias torrenciales propias de nuestro clima árido y extremo. No es en modo alguno “sostenible” quemar nuestros montes en forma de madera astillada en centrales térmicas cuando el gasto energético requerido hasta llevar los árboles talados a las centrales supera al generado por su combustión. Tampoco lo es socialmente aceptable dado que la maquinaria empleada reduce a pura anécdota la generación de puestos de trabajo.

Ayer mismo, 18 de noviembre, era la fecha para la constitución de la Mesa de Contratación para el aprovechamiento proyectado en el Ayuntamiento de Enguera. según parece, una sola empresa se ha presentado, Levantfor, una firma con una trayectoria muy poco presentable a la hora de trabajar con el respeto exigido dado el valioso medio natural en el que se desenvuelve su actividad. Así lo demuestran sus actuaciones en los montes de Castalla y todas las denuncias a las que ellas dieron pie. No es deseable ni defendible volver a tropezar en la misma piedra.

Por último, solo me queda por hacer un llamamiento al Ayuntamiento de Enguera para que reconsidere esta actuación, una actuación que ha sido decidida sin siquiera someterla a la votación en un pleno municipal con la posibilidad de que la oposición hubiera podido debatir con el equipo de gobierno así como la población puediera ser informada. No son formas de sacar a la venta el patrimonio natural de un pueblo, si es que hay alguna forma defendible en que esto pudiera hacerse.