Durante el confinamiento de la primera ola los músicos compusieron, los escritores redactaron, los chefs cocinaron, las modistas tejieron... y los dibujantes de raza como Paco Roca (Xàtiva, 1957) no solo dibujaron: dieron rienda suelta a una creatividad desbordante cuyo resultado es Diari d’un confinament il·lustrat. El libro se presenta mañana y da buena cuenta de hasta qué punto el pintor y artista fallero es un ilustrador insaciable: cada jornada del encierro, desde el 17 de marzo, y hasta mucho después de poder salir ya a la calle, el 21 de junio y sin desfallecer un solo día, dibujó con disciplina prusiana una obra: pintada y terminada prolijamente, con esa obsesión por el detalle que caracteriza su obra. La iniciativa se extendió hasta el 11 de julio con la posdata de dissabte, para así completar cien ilustraciones.

Contemplar estos cien dibujos donde aparecen todas las cosas que sucedieron en los pueblos y ciudades por culpa del coronavirus será además, con el tiempo, un documento histórico ya que están reflejados todos los personajes de la pandemia; todas las situaciones experimentadas y todos los temores y esperanzas incubados a lo largo de este extraño tiempo.

El volumen se presenta mañana en la Casa de la Cultura de Xàtiva, a las 19.30 y con las restricciones de aforo establecidas. Asimismo, los cien dibujos originales se exponen en una muestra. El libro se podrá adquirir en el acto, pero además se comercializará tanto en Xàtiva (La Costera, Muñoz, T&L, Multitienda) como en Valencia, a través de dos emblemáticos espacios: la librería París-Valencia, y Futurama.

Pero para poder llegar a esta venta física y tener los ejemplares en la mano, Roca lanzó un verkami, una plataforma de previo pago para así garantizarse que la tirada no sería deficitaria. «La verdad es que estoy muy contento, la gente se lanzó a aportar su dinero anticipadamente confiando en este producto y me dieron seguridad para imprimirlo», explica al autor. Este mecenazgo ofrecía diversas posibilidades: desde la reserva simplemente del libro hasta un lote de libro, lámina original y esmorzar con Paco. «El lote del almuerzo conmigo lo han comprado tres personas», confiesa. «Voy a quedar con ellos lo antes posible», añade. Otra de las alegrías del libro es que el dibujo número 18 (Salvem el món, del 3 de abril) ha sido elegido para hacer de él una falla infantil y quemarla en un hospital público. «Ya la he modelado y estoy esperando a que desde Sanitat me digan en qué centro será», indica.

En el volumen cuenta con una colaboración del versaor José Ramón Cerdà y un extenso trabajo de Josep Sanchis en el que describe la trayectoria como dibujante de Paco Roca. En él revela la anécdota de que a los 8 años, en 1965, le publicaron en la revista Rin-tin-tin un dibujo. Había ganado un concurso a nivel estatal y le pagaron por ello 25 pesetas. Esa pasión por la caricatura le llevó a publicar en diversos medios. Su viñeta más longeva es Fila 12, en Levante-EMV desde 2003.