En unas Navidades extrañas, en las que se echará en falta, en muchas casas, el tradicional reencuentro con los seres queridos, todo vínculo que una con ellos adquiere un valor especial. La ilustradora Patricia Bataller, nacida en Castelló de Rugat pero afincada en Madrid, es una de esas personas que aún no saben si podrán volver a casa por Navidad. Por ello, se propuso volver la mirada a sus raíces y tratar de cultivar aquello que le recordase a su Vall d’Albaida natal. El gesto se ha traducido en un bonito proyecto gastronómico: la publicación de un particular calendario de adviento con 24 ilustraciones sobre recetas tradicionales y modernas de dulces navideños. Las imágenes, que Bataller publica cada día a través de sus perfiles en Facebook e Instagram, están despertando los recuerdos de centenares de usuarios. «Me llegan mensajes todos los días, de gente que recuerda que tal o cual receta la hacía su abuela. Está tocando la fibra», expresaba alegre Patricia Bataller.

Además de para alimentar el espíritu navideño, Bataller expresaba una intención de dejar constancia de recetas tradicionales conservadas solo gracias a la transmisión oral. «En mi familia, las recetas de mi tía, que era repostera, las conocía también mi madre porque las solía cocinar con ella. Pero si no fuese por ella, se habrían perdido ya», apuntaba la ilustradora. Al cabo, las recetas gastronómicas son una manifestación cultural, y con su olvido se perdería un pedazo de historia. «Por ello, la idea inicial era dejar constancia de las recetas de mi familia, pero acabé recogiendo dulces tradicionales de toda la Vall d’Albaida, y también otros más modernos», expresó la ilustradora.

Hoy, Patricia Bataller publicará en sus perfiles (@batalleando_) la receta número once. Hasta ahora, además de los sospirs d’ametla y los rollets d’anís que acompañan estas mismas páginas, ha combinado postres universales como la tarta de chocolate o las típicas galletas navideñas, con dulces tradicionales genuinamente valencianos, como los celebérrimos pastissets de moniato o las mantegades de Nadal y otros menos conocidos pero de similar solera, como una coca celestial que Bataller recuerda de su abuela.

La ilustradora emigró de la Comunitat Valenciana a Zaragoza en el año 2000, y de ahí se estableció definitivamente en Madrid, donde reside desde el 2008. «Trabajo de diseñadora editorial, puesto que compagino con la ilustración, que cultivo más cuando me apetece», explayaba. Su proyecto personal para esta Navidad dejará para la posteridad un auténtico vademecum de la gastronomía navideña valenciana y valldalbaidina.