El histórico lleó de Correos de la oficina de Xàtiva sigue inhábil pese a que la compañía estatal ya ha anunciado oficialmente que las obras de remodelación de la oficina, que han durado más de un año, desde noviembre de 2019, han finalizado tras una inversión de un millón de euros. Este buzón permanente, encastrado en el edificio de Correos, tiene un gran valor sentimental en la ciudad porque miles de personas, de niños, han jugado a aproximar la mano con cierto miedo a la abertura de este relieve de piedra con rasgos de león. Pero además, su utilidad era plena: sirve para depositar directamente las cartas franqueadas, sin tener que pasar al interior de la oficina y entregarlas en mano a un empleado.

Con el arranque de las obras, el león fue inutilizado temporalmente. Pero que este buzón no esté activo genera un problema: los usuarios que solo quieren hacer entrega de algún envío postal ya franqueado (generalmente, de poco volumen ya que si no no cabe) podrían hacerlo perfectamente a través de esta ranura, como se ha venido haciendo desde los años 50 del pasado siglo. Sin embargo, al seguir inhábil han de acceder hasta alguno de los mostradores, lo que obliga a hacer cola —hay largas colas por las restricciones de aforo— y a tener que esperar como si tuvieran que realizar una gestión que, en realidad, no necesitan hacer. En ocasiones, alguno de estos usuarios se salta la cola y acude directamente a mostrador para dejar la carta o cartas. Pero esta práctica está muy mal vista entre los que esperan, que piensan que se ha colado.

Pero por otro lado está el componente sentimental. Una usuaria ha mostrado por escrito a Levante-EMV su malestar. «Ya es el segundo año que voy con mis hijos ilusionados a hacer lo que desde bien pequeñines han estado haciendo: tirar su carta a los Reyes Magos al buzón de la oficina central de correos, en el lleó», explica. «Y nos encontramos con que está fuera de servicio. Y los niños, totalmente desilusionados después de un año esperando este momento», se lamenta. «Creía que teníamos una sociedad solidaria, cívica, que cuidaba de sus costumbres y cultura con celo, pero me equivocaba [...] Les ruego que dejen por unos días la productividad y operatividad, que por unos días dejemos de ver las necesidades de los mayores y pensemos también en la alegría, felicidad y necesidades de nuestros pequeños, en una cosa tan sencilla como mantener abierto el lleó para poder hacer una entrega directa, eficaz y segura a sus Majestades los Reyes de Oriente», propone.

Tampoco hay turnos todavía

Por otra parte, la puesta en funcionamiento de la oficina al 100% después de un año y un mes de obras en los que el servicio nunca se ha dejado de prestar, el jueves pasado todavía no estaba restablecido el dispensador de turnos. Sin él, las colas han de regirse todavía por el clásico «quién es el último» ya que no se emiten tiques.