Benigànim abrirá la Casa de la Beata Inés como espacio museístico tras su reforma

Formará parte de la ruta que recorre los espacios vinculados a la religiosa

Una de las estancias interiores de la Casa de la Beata Inés rehabilitada recientemente.  | JUAN ANTONIO BOLUDA

Una de las estancias interiores de la Casa de la Beata Inés rehabilitada recientemente. | JUAN ANTONIO BOLUDA / R.Tomàs/J.A.Boluda. Benigànim

R.Tomàs/J.A.Boluda. Benigànim

Benigànim siente pasión por la Beata Inés. El pasado 21 de enero el pueblo no pudo celebrar como otros años el día dedicado a la religiosa, aunque no faltó la misa en su honor, retransmitida por redes sociales. Ahora el ayuntamiento ha rehabilitado la Casa de la Beata Inés, la vivienda en la que residió la religiosa durante su infancia y juventud, antes de entrar en el convento de las Agustinas Descalzas. Una casona de finales del siglo XVI y principios del XVII que ha sido reformada y que, cuando la pandemia lo permita, abrirá sus puertas como un centro de atracción turística. El inmueble se integrará en la ya existente Ruta de la Beata, que recorre los lugares en los que transcurrió la vida de Josefa Teresa Albiñana Gomar, que adoptó el nombre, como religiosa, de Josefa María de Santa Inés.

La también conocida como Casa Tudela ha sido reformada y recreará estancias típicas de las casas de la época de la beata, contará también con una sala de exposiciones y un espacio dedicado a personajes ilustres que han trascendido en la localidad, dejando un importante legado religioso, cultural y artístico desde los siglos XVII al XIX, como Jerónimo Tarazona, compilador dels Furs; el confesor de la beata, Felipe Benavent; Bartolomé Tudela, alcalde y juez ordinario de Benigànim, tío, además, de la beata y que acogió a esta y a su hermana cuando quedaron huérfanas. De hecho, la casa rehabilitada es también conocida como Casa Tudela, ya que era propiedad de esta adinerada familia local. En el área de personajes ilustres también habrá espacio para los pintores Antonio Gomar y Vicente March, los marqueses del Ràfol d’Almunia y el religioso Fray Luis Esparza.

El inmueble restaurado se unirá en la ruta turística a la Casa Recuerdos de la Beata Inés, inaugurada en 2017 en el convento de las Agustinas Descalzas de la localidad de la Vall d’Albaida. El gobierno municipal quiere poner en valor la Casa de la Beata como centro de atracción turística. Para ello ha rehabilitado el inmueble con una subvención de 230.000 euros de los fondos europeos Feder que ha permitido habilitar y reformar la parte de la vivienda que estaba en desuso. Otra parte del inmueble alberga la Casa de Cultura, la biblioteca municipal y el Hogar del Jubilado. En el huerto de la casa, convertido en parque municipal, se conserva el naranjo que la beata plantó del revés, un árbol con más de 350 años e inscrito en el Catálogo de Árboles Monumentales de la Comunitat Valenciana. El inmueble es municipal desde 1976, cuando fue cedido por la familia Cuquerella.

La concejala Mari Carmen Alabort explicaba ayer a Levante-EMV que el objetivo a largo plazo es «hacer una Casa-Museu, que recree estancias típicas de las casas de los siglos XVII al XIX». Explicaba que «se ha restaurado una bodega que alberga la casona, ya que Benigànim fue un referente vinícola en la comarca». Alabort afirmaba que la voluntad «es sumar un nuevo atractivo turístico que se una al patrimonio religioso, cultural e histórico que poseemos, y hacer de Benigànim un importante destino turístico».

La Casa de la Beata o Casa Tudela fue la casa en la que la Beata Inés (1625-1696) pasó parte de su infancia y adolescencia ejerciendo como criada, tras ser acogida por su tío. Este inmueble fue el último hogar que habitó la beata antes de ingresar en el convento, el 25 de octubre de 1643, con 18 años. Ahora, el inmueble, totalmente rehabilitado, se convertirá en un nuevo reclamo para visitar Benigànim.

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