Hacia el 8M

Ya se van calentando motores. Está cerca el 8 de Marzo, que hace tiempo que dejó de ser un encuentro secundario de unas cuantas mujeres desocupadas para convertirse en una cita ciudadana que sacó a la calle a centenares de miles de personas en todo el país. En 2018 y 2019 fue una auténtica celebración civil que llenó las calles y obligó a instituciones, organizaciones, entidades a hacer rápido los deberes para poder apuntarse a la fiesta sin desmerecer.

No pasó por casualidad. En cada ciudad, barrio, en cada pueblo había un germen, normalmente constituido por un grupo de mujeres batalladoras, llenas de la energía y entusiasmo que surgen de creer en sí mismas. Que llevaban tiempo, años, machacando con constancia y pulcritud la realidad que les rodeaba para ajustarla a su medida. Aprendiendo a ser feministas, al entender sin olvidarlo ya jamás, cual era su lugar en el mundo. El suyo, no el que nadie les quisiera asignar.

De ellas fue el mérito de esas primeras celebraciones del 8 de Marzo, que superaron todas las expectativas. Ellas fueron las que pararon el país para demostrar lo que pasa si las mujeres paran. Ellas las que gritaron alto y claro, las que vistieron el país de violeta y le hicieron tomar conciencia de la indecente realidad de las agresiones sexuales, de la injusticia básica de sus salarios recortados, de la mentira de la conciliación, de la injusta exclusión del mercado laboral. Las que reclamaron dignidad, libertad y derecho a vivir en paz.

De la celebración del año 2020, mejor no hablar, como del resto del año, porque con lo que vino después lograron convertirlo en objeto de disputa, en núcleo de polémica tan interesada como falsa, que hacía olvidar la intención original.

Ahora, a menos de un mes, las señales son evidentes. Las noticias recogen, de forma más o menos forzada, noticias relativas a la situación que viven las mujeres. El próximo día 22 es el Día por la Igualdad Salarial que viene al pelo para ir introduciendo ese mensaje reivindicativo absolutamente cierto, que lo único que tiene de malo es su fecha de caducidad, porque pasada la fecha en cuestión, el apagón informativo es generalizado.

Pero sucede que las mujeres lo son durante todo el año, durante toda la vida, normalmente. Sucede que todos los días, por su condición de mujeres enfrentan la vida de una forma determinada, a la hora de buscar empleo, hacer deporte, de vivir la crianza o de responsabilizarse del cuidado de quienes necesitan apoyo para salir adelante. Y con la pandemia, también, porque no hay treguas ni paréntesis.

Por ello, el Consell de les Dones de Xàtiva ya solicitó en su momento que los programas de reactivación económica tuvieran en cuenta a las mujeres, no para recibir trato privilegiado, sino igualitario. Por eso en su reciente reunión empezaron a hablar largo y tendido de cómo conseguir que este 8 de Marzo, a pesar de la pandemia, llegue a todos los rincones el mensaje de la igualdad, de la lucha contra la discriminación que sufren las mujeres antes, ahora y siempre.

No va a haber este 8M, por razones evidentes, ni en Xàtiva ni en ninguna parte grandes concentraciones multitudinarias, pero es seguro que habrá música y reivindicación, denuncia y celebración. Es el 8M la fiesta de las mujeres que sostienen el mundo. El día de las mujeres que no se esconden ni ante un virus mortal, ni ante el machismo criminal, contra los que luchan con un valor y un coraje que es garantía de éxito.

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