El pasado domingo 14 de febrero se cumplían seis años del acto de adhesión al Manifiesto para la recuperación del centro histórico de Xàtiva, promovido por la ya extinta asociación Iniciativa Cívica por el Centro Histórico. En aquel acto estamparon su firma los principales representantes de los partidos políticos que, posteriormente, formaron el nuevo gobierno municipal de la ciudad, tras las elecciones municipales del mes de mayo de 2015, en un pacto de Sant Doménec que incorporaba el manifiesto.
Durante los primeros meses del entonces llamado gobierno del cambio aquella Iniciativa fue trasladando al equipo de gobierno distintas propuestas entre las que destacaba la referida a la ordenación y regulación del tráfico en el centro histórico, que iba más allá de la simple implantación del ya obsoleto sistema de cierre cuyo mal funcionamiento lo había convertido en un auténtico fracaso.
Se era entonces consciente del largo periodo de abandono sufrido por el centro histórico de Xàtiva, alejado del foco de interés y prioridad de los últimos gobiernos municipales. Pero, poco a poco, el tiempo fue pasando sin que se viera una verdadera voluntad de comenzar a actuar, de forma decidida y valiente, como se estaba haciendo en otras ciudades, quedando cada vez más claro para la ciudadanía que la importante tarea pendiente de la recuperación del conjunto histórico de Xàtiva y la oportunidad de futuro que podía suponer para la ciudad, seguía en una decepcionante situación de impasse. Las diferentes propuestas planteadas fueron cayendo en saco roto. Las promesas de colaboración y trabajo en equipo se tornaron en realidades de silencio, indiferencia e incluso velada crítica desde el nuevo equipo municipal.
Seis años después, y pasadas unas nuevas elecciones municipales tras las que uno de los partidos firmantes de aquel manifiesto afianzó su mayoría electoral y continuó al frente de la alcaldía, poco o nada se ha avanzado. Desaparecida casi por completo la gestión participativa, el documento que pretendía sentar unas bases para la recuperación del centro histórico, que hoy cumple seis años, sigue siendo tan válido como ninguneado en la mayor parte de sus planteamientos.
Continua apremiando la necesidad, ahora con un motivo más tras la crisis de la covid-19, de comenzar a definir todo el inmenso trabajo que queda por hacer para devolver el esplendor al valioso conjunto histórico de Xàtiva, desde el largo periodo de inacción sufrido hasta casi un punto de no retorno, y reactivar el corazón de la ciudad. Siguen pendientes acciones como el estudio de modelos, intercambios y visitas a casos de éxito en otros lugares, conferencias temáticas, estudios de aplicación e informes de expertos, creación de mesas de movilidad-comercio-ocio como órganos de participación y asesoramiento, o de comisiones interdepartamentales municipales, de patrimonio abiertas a asociaciones y expertos en su defensa y conservación, o de un patronato de turismo.
La herencia recibida, que era un factor importante y condicionante, hace ya mucho tiempo que no sirve como excusa para seguir sin una actuación global y coordinada, documentada, consensuada y comunicada. Hoy es inaceptable el inmovilismo o la tolerancia de conductas y actuaciones preocupantes respecto a los numerosos bienes de interés cultural, de relevancia local o al resto de patrimonio tanto material como inmaterial o etnográfico merecedor de protección. ¿A qué sigue esperando, más de veinte años después, la Generalitat Valenciana, con la anuencia municipal, para aprobar el Plan Especial de Protección del conjunto histórico-artístico, una de las intervenciones asumidas como imprescindibles en aquel manifiesto?
No se ha pasado de las palabras, los anuncios —y ahora las fotos—, a los hechos. Hoy, seis años después, una ciudadanía cada vez más concienciada, dado el potencial de este emblemático y privilegiado espacio, exige actuaciones dimensionadas y consensuadas con los vecinos y comerciantes del centro histórico para comenzar a reconstruir, sobre los cimientos de un proyecto, vivo, con sentimiento e ilusionante, un futuro para el centro histórico de esta milenaria ciudad.
