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LA CIUDAD DE LAS DAMAS

centro de salud sin sacrificios ciudadanos

centro de salud sin sacrificios ciudadanos

Es de suponer que más pronto o más tarde, Xàtiva tendrá   nuevo centro de salud en la zona este, pero en el proceso de conseguirlo se habrá dejado tanta sangre como tinta habrá corrido. Sangre de nuestros representantes políticos, que la tienen corriendo por sus venas, a mayor o menor presión, según sus propuestas municipales cuenten con mayor oposición o menores apoyos. Tinta para explicar la postura de estos, aquellos y los de más allá, que no todas las posturas aunque parezcan las mismas, han recorrido el mismo camino, ni se sustentan en las mismas motivaciones. 

En todo caso, lo primero que habría que plantear con toda claridad y sin demagogias es que nadie está en contra del nuevo Centro de salud. Un servicio largamente esperado, absolutamente necesario, asignatura pendiente de una ciudad que necesita de nuevos espacios y recursos para la atención primaria de la salud. Capaz de atender a 11.000 personas, lo que supondría liberar al actual centro de salud de Ausiàs March de la mitad de su población de cobertura. Nadie en su sano juicio personal o político podría oponerse a esta suculenta mejora,  por lo que intentar dirimir la cuestión en base a la defensa o no de ese futuro centro es distorsionar el problema real y despreciar la inteligencia ciudadana.

Donde radica el problema es en su ubicación, en su emplazamiento, que desde el primer momento no consiguió el consenso ciudadano y político que cualquier proyecto de esa envergadura necesita para salir adelante. Echando mano de hemeroteca, fue la comunidad educativa del CEIP Teresa Coloma la primera que se echó al monte, en defensa de las condiciones educativas de sus criaturas. Desde recogidas de firmas a campañas en prensa, las familias manifestaron alto y claro que no querían verse privadas de su patio escolar en el que se realizan múltiples actividades educativas, ni aumentar en la zona el tráfico de coches y personas. Legítima aspiración la suya de no verse perjudicados. Obligada responsabilidad de defender una escuela de calidad dotada del máximo de recursos en el entorno más amable posible. 

Luego, con más o menos rapidez, los partidos políticos en la oposición fueron tomando posiciones. Algunos lo han hecho tarde y de manera algo oportunista. Otros lo hicieron desde el primer momento, amplificando las demandas de la comunidad educativa. 

Por su parte, el equipo del gobierno del ayuntamiento se aferró  a la necesidad del centro de salud, aplicando la política del rodillo contra toda oposición que hiciera peligrar un proyecto que era y sigue siendo absolutamente necesario para la ciudadanía, como nadie se atrevería a discutirles. Pero quizás hubo una deficiente valoración de las resistencias generadas y una excesiva confianza en las propias dotes de persuasión que fue crispando el proceso, endureciéndolo hasta llegar al punto de no retorno en que se encuentra ahora.

Posiblemente sea cierto, que la ubicación propuesta por el equipo de gobierno sea la más asequible, cómoda y de menor coste. Pero llegados a esta situación donde la polarización es tan evidente que el acuerdo es imposible, habría que valorar los daños colaterales que se van a causar a la convivencia social y buscar soluciones quizás imperfectas, pero funcionales. 

Porque, en caso contrario, la inauguración del flamante centro de salud, con sus cimientos bien aposentados en lo que fue un apreciado patio escolar, puede ser un momento dulce para alguien, pero también muy amargo para muchas familias. Y lo que quedará para la historia de la gestión municipal será, no sólo la nueva dotación conseguida, sino también el relato de un enfrentamiento que ganó Goliath, ese que nunca cayó bien a nadie.  

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