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Raúl Mollà

«La historia es un bagaje cultural que todo el mundo habría de tener»

«Dos departamentos de la universidad han ido detrás de mí, para que me doctorase, pero no me atrae. Prefiero trabajar de cara al público, dar servicio a la comunidad. Quizá de docente»

Raúl Mollà, en Ontinyent, esta semana | PERALES IBORRA

Mollà atiende a este diario pocos días después de haber recibido el reconocimiento como el quinto mejor expediente universitario de España. Lejos de encerrarse en una biblioteca para centrarse en la investigación, reivindica la necesidad de apostar por una mejor docencia.

Dado su recorrido, ¿sabía que iba a ser reconocido por la Sociedad de Excelencia Académica, o fue una sorpresa?

Esta entidad se ha constituido prácticamente este año, y habías de presentarte al premio. Me salió en un anuncio de Instagram, entré y vi que cumplía los requisitos. Los premios reconocen a treinta expedientes, y pensaba que algo podía pescar. Pero quedar tan arriba me sorprendió, sí.

¿Qué valor tiene un premio de este tipo para un expediente como el suyo?

Principalmente, el reconocimiento. Quizá en otras carreras aparecer entre los mejores puede brindar salidas laborales, pero en Historia no. Es agradable que reconozcan así el esfuerzo, en cualquier caso. No he querido publicitarlo mucho, pero se ha ido un poco de madre (ríe).

Para reconocer el esfuerzo, ¿basta un premio así, o habrían de encauzarse otras vías?

Hay poco reconocimiento al mérito académico, al menos desde el Estado. No pagas los créditos de una Matrícula de Honor, pero hasta ahora no había galardones a nivel nacional. Además en humanidades las notas no abren vías laborales. Estos premios de la Sociedad de Excelencia, aunque haya sido creada recientemente, pueden ser un punto de inflexión de cara al futuro.

¿Cuál ha sido su receta para alcanzar estas notas?

La verdad es que no me he impuesto ninguna programación súper estricta. Más bien he ido adaptándome a cada situación. No soy el típico que está estudiando desde el principio del curso. Me lo he pasado bien, he salido, he estudiado, y he encontrado tiempo para todo.

Se suele asociar las mejores notas con las rutinas y el tesón.

No tiene por qué ser así. En una asignatura como Historia hay que estar un poco espabilado, y saber diferenciar qué es importante y qué lo es menos. Menos estudiarlo de pe a pa, y más comprenderlo. Y después, procurar redactar demostrando que has captado la esencia del tema.

Entrando en materia, ¿tiene una época preferida?

La verdad que no preveo especializarme. Prefiero la parte de divulgación. Y por eso, me encanta la docencia. Si he de elegir una época, me gusta la contemporánea, cómo se han formado las actuales potencias y organizaciones. Pero prefiero saber dar una visión general.

Lo habitual es que las mejores notas se dediquen a la investigación, pero parece tener decidido otro camino.

Dos departamentos han ido detrás de mí, para que hiciese doctorados. Pero no me atraía. Ahora estoy en un punto en que no sé qué hacer, existen tantísimas posibilidades... Sí sé que quiero trabajar de cara al público, dar cierto servicio a la comunidad. Quizá de docente.

Entraría en una época complicada para la educación.

En las prácticas del máster lo he visto constantemente. Las asignaturas de instituto se dan como el teórico del coche: tienes un temario que has de aprender para un momento dado, y después como si te olvidas de casi todo. Y se lo decía a los profesores: no necesitamos que el alumno asuma tanta información, tantas fechas y nombres, sino que la entienda, y vea cómo se desarrollan las cosas. No que en 1789 hubo una revolución en Francia, sino qué fue lo que la motivó, y qué factores entraron en juego. Y, por supuesto, que tenga un sentido crítico para extrapolarlo todo a la actualidad.

¿Cómo de importante es eso?

La historia es un bagaje cultural que toda persona ha de tener. Estamos malacostumbrados a aceptar las simplificaciones. Sin entrar a valorar la parte política, el otro día vi un tiktok de Isabel Díaz Ayuso en el que decía que a España no le queda bien la república. Tendemos a simplificarlo todo tanto, a decir unas burradas... Decir que la República lleva ipso facto a la Guerra Civil, es lo mismo que decir que el franquismo lleva a la democracia. El bagaje histórico es clave y más en un momento de polarización tan extrema.

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