Los trabajos de construcción del nuevo consultorio tendrán como consecuencia inmediata una mejora en la accesibilidad para los usuarios. Las actuales consultas -ubicadas en el mismo edificio- se sitúan en los sótanos y ahora los pacientes serán atendidos en la planta baja. También se ha dispuesto una rampa de entrada. Desde el consistorio explican que en las dependencias se da servicio a unos 2.000 vecinos del casco histórico, en gran parte personas mayores: «La configuración actual data de los años 80 y hay obstáculos para enfermos con dificultades motrices. Ahora, se eliminan escaleras y todas las consultas están en el mismo nivel».
A su vez, también se ha previsto la instalación de un ascensor, que conectará los tres pisos del edificio. «No debemos olvidar que hablamos de un BIC y creemos que el hecho de que sea usado es una buena noticia. Esto se traduce en que el mantenimiento es mucho mayor y el peligro de degradación menor», argumentan.
Las obras del nuevo consultorio fueron licitadas por 313.000 euros, cantidad a la que hay que añadir 25.000 por los trabajos de preservación patrimonial. La mancomunidad invertirá 250.000 euros más, partida en la que se contempla la instalación del ascensor.