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Dos años sin noticias del británico desaparecido en Ontinyent

Se le perdió la pista el 27 de abril de 2019, cuando un amigo lo vio por última vez y dio la voz de alarma - La exhaustiva búsqueda no dio resultado, pero su familia aún mantiene viva la esperanza

Mark Palmer llevaba cinco meses viviendo en Ontinyent cuando se perdió su pista. Desde su círculo más íntimo confirmaron que se había trasladado a la capital de la Vall d’Albaida desde su Inglaterra natal para «comenzar una nueva vida». Un amigo residente en el municipio lo vio por última vez el 27 de abril de 2019. Ante la falta de noticias sobre su paradero, días más tarde dio la voz de alarma y las autoridades coordinaron una exhaustiva búsqueda por la comarca. No se ha vuelto a saber nada de él desde entonces. Han pasado dos años, pero su familia no ha perdido la esperanza.

«Cuando sus compañeros más cercanos nos dijeron lo que pasaba, nos alarmamos. Y decidimos enseguida viajar a España», apuntó ayer Mark Elek-Palmer, su padre. «Lamentablemente no disponemos de noticias nuevas y ha pasado mucho tiempo, no sabemos nada», lamentó el progenitor.

El cartel con su foto que se repartió hace dos años a lo largo y ancho de la población lo definía como un hombre de 32 años de edad y complexión delgada, 1’78 metros de altura, cabello pelirrojo, ojos color avellana y barba poblada. La entidad caritativa Missing People lanzó esta semana por redes sociales una alerta sobre la desaparición al cumplirse dos años desde entonces. Desde la agrupación han habilitado un número de teléfono para que se pueda brindar cualquier tipo de nueva información, como suelen hacer en estas situaciones.

El último contactó de su familia con los cuerpos de seguridad locales fue en julio de 2019. Hasta nueve miembros llegaron a trasladarse a Ontinyent y participaron en las diferentes batidas que se coordinaron, que también incluyeron búsquedas con drones en sitios inaccesibles. A su vez, se recorrieron los alrededores del río Clariano y algunas naves abandonadas de la población.

«Recuerdo que se transitaron en su búsqueda muchos espacios naturales, también áreas circundantes de la ciudad. El aeropuerto de Alicante y las estaciones de tren fueron inspeccionadas, así como otras localidades cercanas como Elda o Sax. Y el disco duro del ordenador de Mark también fue analizado por expertos», argumentó su padre. Sin embargo, nada se sacó en claro.

Mark Palmer tiene dos hermanas y un hermano. Claire es una de ellas. Ayer explicó que la pandemia también ha impedido un reciente traslado para ver si hay novedades: «No hay noticias, nadie nos ha informado de que se haya registrado nueva información. No sabemos qué le pasó y la Covid nos ha impedido viajar a España a buscarlo este último año. Tampoco hemos podido visitar a los cuerpos de seguridad de allí, por lo que tampoco sabemos si tienen nueva información».

Esperanza

Los más allegados de Mark Palmer mantendrán la esperanza hasta saber nuevos datos. Sin embargo, su padre es consciente de todos los escenarios: «Podemos albergar la sospecha de que cabe la posibilidad de se quitara la vida, pero es algo que no sabemos porque no tenemos cuerpo. Tampoco hay confirmación de que esté vivo. Todavía tenemos una persona desaparecida. Hasta que eso cambie, siempre tendré la esperanza de que lo encuentren».

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