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El Consell aprueba la declaración de protección para los Alforins

Se busca proteger las aves que anidan en el territorio

Vista del casco urbano de Fontanars dels Alforins, en una fotografía de archivo. | PERALES IBORRA

Fontanars dels Alforins ya cuenta con todas las garantías de protección de su paisaje ante la proliferación de instalaciones fotovoltaicas que afecta a esta parte del interior de la Comunitat Valenciana. El Pleno del Consell de la Generalitat aprobó ayer la declaración como Zona Especial de Conservación (ZEC) el terreno de los Alforins, brindando así un plan de gestión que marca una normativa clara de preservación del paisaje. Entre otras disposiciones, impide la construcción de explotaciones eléctricas como las que no dejan de llover sobre las vecinas localidades de la Font de la Figuera o Moixent, los otros vértices del triángulo de las tierras de Alforins. Fontanars queda, con ello, definitivamente libre de estos proyectos.

Esta declaración de protección brindada por el Consell entraba en los planes del municipio —llevaba en trámites alrededor de cinco años, desde el año 2016—, pero su declaración oficial fue recibida con un resoplido de alivio en Fontanars dels Alforins. No es para menos: la ZEC abarca más del 80 % de su término municipal (unas 6.200 hectáreas), alejando cualquier tipo de amenaza sobre la práctica totalidad paisaje de la localidad a excepción de parte del tramo entre Fontanars y Ontinyent. El territorio señalado para su protección, de más de 10.000 hectáreas en total, cae principalmente en Fontanars, pero también llega a parte del término de Villena y, en menor medida, a Beneixama, Camp de Mirra y la Font de la Figuera, con solo unos centenares de metros cuadrados protegidos en estos últimos casos.

La declaración del ZEC era oficiosa desde que se puso en marcha y el terreno que abarcaba era de conocimiento público. De ahí que el municipio de Fontanars dels Alforins no haya recibido solicitudes y requerimientos para la puesta en marcha de proyectos de explotación fotovoltaica como los que sí que han llegado al registro de entrada de los ayuntamientos vecinos: se prevía que no iba a ser permitido, en virtud de esta protección del ZEC con la que no cuentan en la Font de la Figuera o Moixent. «En los mapas elaborados por la administración para habilitar la proyección de granjas solares, nuestro territorio aparecía como condicionado, por tener ya la ZEC en fase de aprobación. Desde ayer, se prohíbe definitivamente», declaraba ayer Julio Biosca, alcalde de Fontanars dels Alforins. «Contamos con una coraza que en nuestros pueblos vecinos, lamentablemente, no disponen», añadía el munícipe.

Protección de la avifauna

El motivo de la declaración de Alforins como Zona Especial de Conservación radica en el objetivo de proteger las especies de aves esteparias que anidan en el territorio. Esta zona de la Vall d’Albaida ya formaba parte de la red Natura 2000 para la conservación de hábitats naturales y especies, y desde 2006 contaba con la declaración de Lugar de Importancia Comunitaria de la Comisión Europea, consideraciones ambas basadas en el importante papel que juegan Alforins y los cultivos de cereales que se expanden por su terreno en la anidación de las aves esteparias.

La Font de la Figuera sigue esperando los trámites de su Plan General urbano

Mientras Fontanars dels Alforins logra la máxima protección institucional ante los proyectos de granjas solares, otros municipios del territorio afectados por lo que ven como amenazas a sus paisajes y modos de vida siguen aguardando a que las administraciones superiores cumplan con los trámites de su incumbencia. Es el caso de la Font de la Figuera, que como ya publicó este diario quería agilizar la aprobación de su Plan General para contar con más competencias a nivel municipal que les permitan proteger los intereses de la población ante las promotoras de las instalaciones fotovoltaicas. Esa voluntad se ha quedado simplemente en una esperanza: ahora mismo, el ayuntamiento sigue a la espera de la Dirección General de Carreteras para la elaboración de su estudio de impacto acústico, un trámite que lleva paralizado casi dos meses. Hasta que no esté listo, el PGE de la Font no podrá ser aprobado.

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