Ha vuelto a pasar. Unos vándalos han actuado de nuevo contra la escultura de bronce que representa un homenaje a los hermanos Villanueva y está situada a los pies del campanario de la Seu de Xàtiva. Esta vez, ha desaparecido la pieza secundaria que evoca a las raíces de la obra principal con forma de árbol y vecinos del barrio apuntan a que seguramente el robo tuvo lugar durante el pasado fin de semana.
Sin embargo, todo apunta a que esta vez será más fácil dar con los autores del acto vandálico respecto a ocasiones anteriores, ya que en la zona permanecen las cámaras de vigilancia que se instalaron con motivo de la exposición de Andreu Alfaro. La Policía Local ya ha realizado el correspondiente atestado por lo ocurrido y los servicios jurídicos del ayuntamiento ultiman la denuncia que han de presentar de forma obligatoria para ponerse en contacto con la Policía Nacional. El objetivo es acceder a las imágenes para intentar identificar a los responsables de lo sucedido.
No es la primera vez que este reconocible conjunto fundido en bronce sufre por culpa de los desaprensivos. Faltan la mitad de las piezas de menos tamaño que hay emplazadas en una pared cercana y en abril de 2011 la parte principal desapareció tras ser vista en un contenedor de Bixquert. Entre las hipótesis que se barajan de las causas del robo se encuentran la posterior fundición o su reventa como chatarra. Aunque también podría ser un acto vandálico sin un objetivo definido.
El ayuntamiento de Xàtiva tiene intención de ponerse en contacto con Inmaculada Abarca —escultora responsable de la obra— para estudiar la reposición de los elementos sustraídos. La artista atendió ayer a Levante-EMV y lamentó que no es la primera vez que le llega una noticia de este tipo: «Uno de los hermanos Villanueva fue diputado en las Cortes, aunque luego se vieron obligados al exilio en Londres. Hace unos años viajó hasta Xàtiva gente de la familia y no pudieron ver la pieza entera, es una verdadera pena», expresó.
«Por lo que me han transmitido, yo creo que los vecinos valoran la escultura, les gusta y la cuidan. Me entristece saber que pasan estas cosas», argumentó.
Abarca recordó que la pieza llegó a Xàtiva en 1997 desde México: «Tendríamos que dar con una empresa que pueda ejecutar los trabajos de fundición y estudiar un presupuesto. La escultura ya es patrimonio de la ciudad».
