El testimonio de Amelia Tiganus es mucho más que el testimonio de una víctima de la explotación sexual. Es un testimonio que denuncia la existencia de un sistema que la favorece. Tiganus, escritora y activista feminista, es la voz de muchas mujeres que viven bajo las redes del proxenetismo y de la trata de personas.

Su relato, que es el de otras mujeres que siguen viviendo bajo este yugo, fue escuchado este miércoles en el Teatro Echegaray de la capital de la Vall d’Albaida. Cerca de 500 personas —tanto presencialmente como a través de las redes sociales del Ayuntamiento, a través de las cuales se puede volver a visionar la ponencia— siguieron con atención durante más de dos horas la conferencia.

«Construyamos un mundo mejor a través de la ética y el buen trato», que forma parte de la programación de la II Escola Feminista d’Ontinyent, organizada por la Concejalía de Igualdad del ayuntamiento. La concejala de Igualdad y primera teniente de alcalde, Natàlia Enguix, durante la apertura del acto puso en valor la presencia de Amelia Tiganus en el día de conmemoración para acabar con la trata de personas porque «permite visibilizar la violencia sexual que seguimos sufriendo las mujeres, pero sobre todo porque es el relato de una mujer que ha sobrevivido a una de las peores lacras que existen: la violencia sexual y las consecuencias que tiene en la construcción de las relaciones personales y que afectan, inevitablemente, a la violencia física y psíquica que padecemos».

Por su parte, Tiganus —quien nunca fue consciente de ser víctima de trata hasta que el feminismo se cruzó en su camino— expuso cómo «se aprende el idioma machista de la desigualdad» al establecer relaciones afectivo-saludables en el marco de un contexto social heteropatriarcal, que es el que de manera inconsciente «organiza nuestra forma de ser, amar y relacionarnos».

Asimismo, también explicó cómo las nuevas tecnologías y el acceso que los jóvenes y adolescentes tienen de ellas está potenciando «a pasos descomunales» la cultura de la violación y la perpetuación de la prostitución porque «crecen viendo un modelo de relaciones en el que se ha erotizado la crueldad y la tortura. En pornografía hay trata, explotación sexual y una violación de derechos humanos constantes».

En definitiva, para acabar con la violencia sexual hacia las mujeres se debe implicar inevitablemente a todos los actores del sistema: Estado y personas consumidoras de prostitución, pero también a quienes miran hacia otro lado pensando que se elige ser víctima de trata y también a los propios proxenetas.

Todos ellos deben, en palabras de Tiganus, dejar de «banalizar la industria de la explotación sexual», que actualmente mueve más dinero que las drogas y las armas y genera tanto daño entre las mujeres, niñas y niños, como incidía durante su conferencia. Es necesario, además, y así lo planteó la propia Tiganus, identificar la violencia sexual desde una perspectiva global, analizar la prostitución y la pornografía como realidad socializadora del deseo sexual y, sobre todo, fomentar una conciencia crítica saludable para establecer relaciones sexuales y afectivas igualitarias.

La programación de la II Escola Feminista se retomará el próximo 6 de octubre con Vita Arrufat, médica de Salud Pública y miembro de la Asociación de Mujeres por la Salud, en el Teatro Echegaray a partir de las 19:00 horas. Para poder participar es necesario enviar un correo a igualtat@ontin-yent.es para garantizar el control de aforo establecido por las autoridades sanitarias.