La alta carga de vertidos de origen industrial que ha estado recibiendo la estación depuradora de aguas residuales (Edar) de Bèlgida en los últimos años ha llevado al límite la capacidad de tratamiento de la planta y ha desembocado en un importante descenso de sus niveles de rendimiento. A esta problemática se suman una serie de deficiencias detectadas en el complejo que también afectan al proceso y a la estabilidad de las instalaciones.
La depuradora, construida en 1998 en el polígono industrial de Bèlgida, trata una media de 134.000 litros de aguas residuales al día, cuando está diseñada para procesar un máximo de 200.000 litros diarios. Aunque la Edar suele cumplir con los límites contaminantes de vertidos autorizados, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha notificado varios episodios de saturación y ha advertido de que va a modificar a la baja los niveles máximos permitidos en el caudal de entrada.
En su resolución, el organismo de cuenca subraya que a solo 1 kilómetro del punto de vertido se inicia la masa de agua del río Micena, cuyo estado no es considerado como satisfactorio por la CHJ, al presentar riesgo por saturación de oxígeno. Tras un recorrido de 3,5 kilómetros, la masa de agua desemboca en el embalse de Bellús, que se cataloga entre las zonas sensibles hipereutróficas por su elevada concentración de nutrientes y algas.
Todas están circunstancias han sido tenidas en cuenta por la empresa que gestiona las depuradoras, Egevasa, para diseñar un proyecto encaminado a la remodelación de la Edar de Bèlgida. El contrato para ejecutar las obras, que se alargarán durante ocho meses, ha salido ya a licitación con un presupuesto que roza el medio millón de euros.
Mejorar el rendimiento
Según ha podido saber este diario, uno de los objetivos prioritarios de la actuación pasa por mejorar el rendimiento de las instalaciones para reducir los niveles de nitrógeno presentes en las aguas y cumplir con las nuevas condiciones de vertido autorizadas por la Confederación Hidrográfica del Júcar.
La inversión también contempla la sustitución de varios elementos destinados a la depuración, debido a su antigüedad y a las roturas detectadas, junto a la implantación de un sistema de desfosfatación automático y la construcción de un nuevo tanque que servirá de tratamiento primario con tal de rebajar la carga contaminante en las instalaciones.
Por otra parte, los trabajos permitirán estabilizar el talud ubicado junto a la salida del agua tratada, que con la escorrentía de las lluvias suele perder material, formando un socavón. Igualmente, se pondrá fin a los desbordamientos en el colector de entrada mediante la ejecución de una arqueta de rotura de carga.
La reforma de la Edar de Bèlgida ha sido una de las últimas obras prioritarias aprobadas en el consejo de Egevasa. Si los plazos se cumplen como está previsto, los trabajos se adjudicarían antes de final de año y se prolongarán durante buena parte de 2022.
Egevasa invierte 208.000 euros en renovar el edificio de control de la Edar de Ontinyent
Entre los últimos proyectos cuya ejecución ha sido aprobada por la empresa que gestiona las depuradoras de la provincia de Valencia, Egevasa, figura el de la renovación del edificio de control de la estación ubicada en Ontinyent. Las obran han salido a licitación con un presupuesto estimado en 208.222 euros y un periodo de ejecución de tres meses. Los trabajos se justifican dada la antigüedad que presentan las instalaciones y la renovación que requieren los acabados interiores y la carpintería de la fachada principal, en mal estado. Igualmente, la entidad pública apuesta por adecuar el programa de necesidades de la depuradora a los requerimientos de la explotación del servicio en la actualidad. La inversión contempla una batería de actuaciones que remodelarán casi por completo el edificio, modernizando sus dependencias y alterando de manera sustancial la distribución de las diferentes estancias.
