Data del siglo XVII, representa a la Inmaculada Concepción y es una de las escasas piezas artísticas que sobrevivieron a la quema de Xàtiva en 1707. En agosto, un grupo de particulares y empresarios de la ciudad intervinieron para rescatarlo en una subasta y, desde ayer, ya forma parte del inventario de bienes del Museo de Bellas Artes de Xàtiva para su conservación, estudio y puesta en valor. La cesión del cuadro del pintor local Basilio Yago se hizo oficial ayer en un acto en el que participaron algunos de los benefactores de la operación. Como informó Levante-EMV, la lista completa la integraban el exalcalde de Xàtiva, Miquel Calabuig; el exconcejal de Cultura, Jordi Estellés; el gerente del Ivam, Sergi Pérez Serrano; el empresario e impulsor de Fomento Cultural CR Rafael Martínez Martínez; Joan Santamaria Bataller y Pere Anrrubia Garcia. También colaboraron económicamente en la adquisición las empresas Recreativos Saetabis S.A. y Talleres Xàtiva S.L.
Un pintor desconocido
«Tuvimos conocimiento de la subasta de este cuadro en Barcelona, y como no daba tiempo a avisar a la administración decidimos comprarlo y llevarlo a Xàtiva con el objetivo de que se exponga como testigo de este artista local», resumió la estrategia seguida Miquel Calabuig, que habló en representación de los donantes del cuadro.
Basilio Yago es un pintor hasta el momento prácticamente desconocido en la capital de la Costera, del cual no consta ninguna obra en la colección municipal. La cesión, así, permitirá profundizar en el arte que se producía en la Xàtiva del siglo XVII y reflexionar sobre el contexto en el que se pintó el lienzo. El alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, agradeció a los donantes un gesto que definió como «una clara muestra de aprecio por el municipio y por el patrimonio» y se comprometió a restaurar la obra. «Una vez esté restaurado lo expondremos en el museo municipal para que pueda ser contemplado por todos los habitantes y visitantes», manifestó.
El cuadro de la Inmaculada Concepción de Basilio Yago, de 111 cm x 91 cm, tiene un gran valor para la ciudad puesto que está considerado como uno de los pocos que sobrevivieron a la quema de la ciudad en 1707. En el lienzo se representa a la Virgen María, junto a la fuente de la vida, rodeada con el típico manto celeste, sobre una esfera terrestre y una media luna, pisando al demonio representado por una serpiente con una manzana en la boca que evoca el famoso pasaje bíblico de Adán y Eva Otro hecho interesante es que la pieza está firmada en el dorso por el pintor, algo poco habitual en la época.
