El consumo masivo de cloretilo como droga entre los menores de Canals —y de otros municipios de la Costera— ha llevado a los farmacéuticos a vigilar la venta de este tipo de productos. Sin embargo, tal y cómo reconocieron ayer a Levante-EMV los colegiados, los jóvenes han encontrado un filón en Internet. Una simple búsqueda en la red permite encontrar botes en oferta a cinco o seis euros, más baratos que en los comercios tradicionales. Son ventas en las que tampoco se requiere receta médica —ni identificación de ningún tipo— ni se limita el número de unidades a adquirir. Solo hace falta que un menor de edad tenga acceso a una tarjeta de crédito y pueda elegir un destino impersonal para el envío. El coctel perfecto para un desastre.

«Adquieren los botes en la red por seis euros o menos y luego venden inhalaciones. Además de peligroso para su salud, hacen negocio», apuntó ayer un boticario de la localidad, que prefiere mantener el anonimato.

«Mi abuela se ha caído»

Y es que tras sondear al colectivo, el escenario descrito deja entrever que la situación se está agravando: «El pasado sábado por la noche vino un joven a la ventanilla explicando que necesitaba cloretilo porque su abuela se había caído. Eran casi las doce y le dijimos que fuera al ambulatorio y volviera con receta. No se supo nada más», comentó otro profesional. Y es que, según relataron, han llegado a recibir la visita de personas mayores cuyos nietos les habían encargado comprar el producto sin conocer sus usos.

«El sentido común y el deber profesional hace que estemos al tanto de lo que ocurre y que no lo vendamos. Si preguntan por cloretilo y vemos que nos mienten y lo quieren para usarlo como droga les comentamos otras alternativas para curar y ya no les interesa», expuso una farmacéutica.

El consumo de estos aerosoles en busca de nuevas experiencias no es nuevo. En Internet hay registros en vídeo del 2007, pero muchas voces datan su uso para buscar «un viaje» a principios del año 2000 o en la década de los 90: «Esto va por temporadas, es bastante viejo. Lo que sí que ocurre es que ha habido un boom reciente. Empiezan a venir desde los quince años y han llegado a venir más de diez menores preguntando».

El uso generalizado del cloruro de etilo como sustancia estupefaciente ha dejado episodios trágicos, como el protagonizado por una niña en Montroi, que llegó a estar en coma. Los profesionales también advierten de posibles efectos neurológicos a corto, medio y largo plazo.