Es el dulce típico de Xàtiva más popular, junto con el arnadí, y que más aceptación y predilectos tiene entre las panaderías y hornos de la ciudad. La monjàvena también triunfa más allá de las fronteras de Xàtiva y de la Costera, y su valoración es altamente considerada, aunque hay paladares que aún no conocen el sabor y las bondades de esta «coca».

El dulce típico de Xàtiva que triunfa cada día en los hornos de la ciudad | PERALES IBORRA

Este «desconocimiento» es cada vez menor, ya que la alta demanda ha motivado que desde hace años, la «costumbre» de elaborarla en carnavales o solo los jueves ha quedado atrás y la monjàvena puede encontrarse cada día en los hornos de Xàtiva. Es el caso del Forn de Plá, donde cada día se venden más de una decena por 2,50 euros —las más grandes, a demanda, se venden por 8 euros—. «Se venden mucho, sobre todo para gente de fuera, ya que aquí mucha gente la hace en casa. Los de Xàtiva la suelen comprar para regalar o para alguna celebración», explica Marisa Pla. La monjàvena tiene una elaboración sencilla y una vez mezclados sus ingredientes, su cocción al horno es de unos 15 minutos. Todo el proceso puede cocinarse en algo más de media hora, remarca Marisa.

El dulce típico de Xàtiva que triunfa cada día en los hornos de la ciudad

La típica «coca» setabense tiene su origen en la época árabe. El experto en tradiciones de Xàtiva y exdirector de la Casa de la Cultura, Josep Sanchis, ratifica esta procedencia, aunque señala que «los ingredientes que se utilizan actualmente para elaborarla podrían hacer dudar de ese origen árabe, ya que la monjàvena se hace con manteca de cerdo y los musulmanes no lo comen, pero es porque antiguamente no se ponía este ingrediente. La preparación ha evolucionado bastante desde su origen», remarca Sanchis. El nombre de este dulce, monjàvena, también evoca a su origen. Y, apelando a esa procedencia mora, mucha gente la llama almoixavena, aunque el diccionario de la Acadèmia Valenciana de la Llengua la recoge como monjàvena, describiendo los ingredientes empleados para elaborarla (harina, aceite, agua, huevos y manteca de cerdo).

Su consumo se ha extendido durante todo el año, pero históricamente este dulce setabense era propio de la época de Carnestoltes, antes de la Cuaresma, cuando el culto religioso pedía ayuno a sus feligreses. Josep Sanchis explica que la monjàvena era típica «antes de Cuaresma, los jueves de carnaval y antes del Miércoles de Ceniza, porque es un dulce con mucha vitamina, mucha grasa, azúcar, que permitía llenar el cuerpo antes de que llegara la abstinencia y el ayuno exigidos por la religión». Añade que «de ello derivó que durante muchos años se hiciera los jueves, algo que también se ha superado y ahora se puede encontrar cada día en los hornos». Marisa Pla lo corrobora: «Este dulce típico de Xàtiva se ha hecho toda la vida, pero en los años 70 cuando introducimos la pastelería en nuestro horno, la hacíamos solo los jueves. Ahora ya la tenemos todos los días. Y vendemos unas veinte al día», señala, incidiendo en su «gran éxito» entre los clientes. Quien no haya probado la monjàvena, en el horno le espera una.