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El Consell blinda el paisaje dels Alforins y les Alcusses frente a las fotovoltaicas

La conselleria quiere ponerlos en valor como espacios culturales e identitarios

Una imagen del paisaje en Fontanars dels Alforins, dominado por las viñas y los olivares. | PERALES IBORRA

Son paisajes singulares dominados por viñedos tradicionales. Arrastran tras de sí unos significados históricos, patrimoniales e identitarios de gran calado, pero se encuentran amenazados y en fuerte competencia con otros usos y actividades que pueden poner en jaque el desarrollo de una economía al alza por el impulso del enoturismo.

Para evitarlo, la Conselleria de Política Territorial ha comenzado a bordar un escudo protector específico a través de un plan de acción territorial que blindará al menos seis entornos indisolubles de la actividad vitivinícola en la Comunitat Valenciana: los viñedos del paisaje de Vilafamés, les Useres y Benlloch; los viñedos de la Serranía y la Hoya de Buñol; los de Utiel-Requena; los de la Marina Alta; los del Vinalopó Mitjà-Alicante y los de les Alcusses, els Alforins y la Vall d’Albaida. En estos últimos enclaves, considerados paisajes de relevancia regional, la sombra de los grandes proyectos de parques fotovoltaicos se ha convertido en los últimos tiempos en un foco de controversia que condujo a varios alcaldes de la Costera y la Vall a sellar en 2020 un frente común para reclamar medidas de salvaguarda a la Generalitat.

El catálogo de protección de los paisajes vitivinícolas valencianos, impulsadoahora por la dirección general de Política Territorial y Paisaje, es una respuesta a esas y otras preocupaciones. El borrador del proyecto de planificación urbanística se encuentra en fase de consulta pública y recogida de aportaciones. La conselleria pretende identificar los elementos constituyentes de los citados ámbitos productivos del vino para garantizar su conservación y puesta en valor ante la amenaza de otros proyectos en suelo no urbanizable que «pueden acabar banalizando un paisaje identitario y gran calidad» y también ante la necesidad de abrir nuevas vías de desarrollo rural, como es el agroturismo. En el marco del proceso se catalogarán las áreas donde el mosaico agrario, el parcelario, el patrón, las sendas, las bodegas o el patrimonio tradicional presenten mayor interés y se regularán los usos o actividades que resulten compatibles con la preservación y potenciación de los paisajes culturales del vino.

Objetivo: reducir los trámites

El borrador del plan de acción apuesta por una visión supramunicipal para articular «un diseño del territorio mucho más preciso y favorecedor de la producción de bienes y servicios ambientales, una infraestructura verde, una red primaria con mayor capacidad de articular el territorio y una estructura urbana más eficiente y sostenible». Además, el instrumento escogido por el departamento autonómico también asegura una reducción de los tiempos de tramitación y de los costes económicos y humanos necesarios para la elaboración individualizada del planeamiento de los distintos municipios afectados.

El catálogo da respuesta a lo previsto en la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana (ETCV), que obliga a concretar en documentos de planificación urbanística y territorial aquellos suelos de alta capacidad agrícola imprescindibles para la viabilidad de productos agrícolas de reconocida excelencia. El documento recoge las demandas municipales orientadas a que se respete al máximo la topografía de los enclaves frente a transformaciones y movimientos de tierra, a que se utilicen materiales coherentes con los valores paisajísticos y culturales de esos entornos y a que se mantenga la vocación agropecuaria de las áreas que rodean los espacios protegidos.

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