El naufragio de Valpark condenó a Vallada a arrastrar el sambenito de ser el pueblo con más deuda por habitante de la Comunitat Valenciana. Pero 13 años después de la paralización de las obras de este (hasta ahora) fallido macroparque logístico y empresarial, la elección de Parc Sagunt como sede de la futura gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos de Seat-Volkswagen ha supuesto un chute de esperanza para el ayuntamiento de la localidad de la Costera por los importantes paralelismos existentes entre ambos grandes proyectos, que se gestaron a principios de siglo y naufragaron prácticamente al alimón, con la crisis del ladrillo.
El reciente éxito del modelo desplegado en Parc Sagunt ha avivado el interés de la administración autonómica por clonar la operación y crear nuevos parques empresariales en otras comarcas, aprovechando la demanda creciente que se puede generar. Y en ese terreno de juego Valpark parte con la ventaja de disponer de una bolsa de suelo industrial de 1,2 millones de metros cuadrados, una extensión logística para grandes industrias de la que no puede presumir ningún otro municipio cercano.
Por lo pronto, el consistorio ha comenzado a dar importantes pasos de la mano del Consell para desbloquear y reflotar su desaprovechado polígono, que cuenta con un gran potencial logístico por su cercanía con el trazado del Corredor Mediterráneo y el tamaño de sus solares. La obsesión principal es acabar de urbanizarlo, puesto que un 65 % de la superficie del parque quedó pendiente de desarrollo cuando las iniciales urbanizadoras abandonaron las obras. La implicación de la empresa pública Espais Econòmics Empresarials -compartida por la Generalitat y el Gobierno Central- ha sido crucial a la hora de reactivar Parc Sagunt y lo está siendo en el despegue de Valpark. La máxima responsable de la firma, María José Mira, volvió a reunirse ayer con la alcaldesa de Vallada, María José Tortosa, y con un inversor que ha mostrado su interés por asentarse en los terrenos. Entre las dos patas públicas de la operación existe un principio de acuerdo para que el consistorio ceda el rol de agente urbanizador con tal de que Espais Econòmics i Empresarials pueda avanzar en la inversión que necesita el complejo, con la mirada puesta en el maná de los fondos europeos.
Facilidades de la empresa pública
La alcaldesa se mostró ayer «muy contenta» tras el encuentro, destacó las «facilidades» que está poniendo la empresa autonómica para desatascar la urbanización de los terrenos y agradeció a sus responsables el apoyo para encontrar una salida a Valpark y darle viabilidad jurídica, tras el enorme embrollo en el que quedó sumido el proyecto cuando las urbanizadoras se declararon en suspensión de pagos. «Los inversores ya no se sientan solo con la alcaldesa de Vallada, sino también con el Consell para ver cómo se puede hacer más atractivo (el polígono) y arbitrar soluciones», observa.
Tortosa hace hincapié en la necesidad de que haya al menos un mínimo porcentaje de suelo urbanizado para que el parque logístico pueda funcionar y ser un motor de empleo para las comarcas centrales. Los estudios de tres economistas de la Universitat de València (UV) han confirmado recientemente la viabilidad de la infraestructura, que según sus cálculos podría llegar a generar más de 5.000 empleos. Tanto la Confederación de Empresarios como los sindicatos respaldan la iniciativa.
También la empresa pública de la Generalitat ve factible el relanzamiento, pero la alcaldesa prefiere mantenerse con los pies en los suelos y se muestra todavía muy cauta. El camino está claro, asegura, pero ahora hay que transitarlo, y todavía quedan muchos pasos por dar, como valorar qué tipo de empresas se podrían instalar en Valpark.
