Aliana Neagu regenta una floristería en Llutxent y los servicios funerarios forman parte de su día a día, pero se muestra completamente desconsolada por los sucesos que le han sacudido en la última semana. A la trágica noticia de la inesperada muerte de su hermano se suma el pesar de tener que pedir dinero para poder enterrarlo en su pueblo natal de Rumanía, a 3.300 kilómetros de distancia.

Vulpe Ionel falleció repentinamente el sábado mientras trabajaba en el campo en circunstancias todavía algo confusas para la familia. Sin tiempo para poder encajar el golpe, desde entonces Aliana ha pasado los días haciendo cábalas sobre cómo podría reunir los 6.000 euros que le pide la funeraria por la repatriación del cadáver. Entre ella y la pensión de su madre han podido sumar 3.000 euros, pero todavía le falta una elevada cantidad y el tiempo apremia.

«Me piden que (el entierro) se haga ya», señala. Su hermano solo tenía 134 euros en la cuenta. Por eso se ha visto obligada a pedir ayuda, pese a sus reparos iniciales. «Me sabe muy mal porque nunca he pedido a nadie y siento tener que hacerlo», lamenta. El Ayuntamiento de Llutxent ha respondido a la llamada de auxilio de quien es su vecina desde hace seis años y ha hecho un llamamiento a la solidaridad del resto del pueblo para ayudar a una familia sin recursos a repatriar el cuerpo a su país natal con tal de que Vulpe Ionel «pueda descansar en paz y darle la cristiana sepultura en su pueblo», Galati.

«No puedo más»

Aliana se muestra muy agradecida por el apoyo recibido, aunque con todo lo que ha pasado se siente «aplastada» y casi sin fuerzas. «Se me ha juntado todo de golpe y no puedo más», señala, después de haber perdido también a su suegro esta semana.

La florista ha intentado sacar el dinero por sus propios medios, pero ya tiene contraído un préstamo para pagar el alquiler y apenas hace un mes desde que le traspasaron la floristería que regenta. Aunque ha ido al banco para tratar de hipotecarla, no ha sido posible.

La primera información que recibió Alina de la muerte de su hermano es que éste se había maredo posiblemente después de sufrir la picadura de una abeja, en un terreno donde había colmenas. «Cuando fui al campo estaba muerto, lo encontré cara abajo. Me dijeron que podía haberle picado algún bicho, pero era muy raro», apunta.

Sin embargo, la hermana de Vulpe asegura que en el informe que hizo el centro de salud posteriormente se indicaba que había ingerido una botella de vino, algo que esta niega. Lo más plausible es que falleciera por un infarto, aunque la familia aguarda al resultado de la autopsia para conocer las causas.