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Más cortafuegos en Agullent, Quesa, Enguera y Ontinyent antes del verano

La Dirección General de Prevención de Incendios ultima la apertura y adaptacion de un total de 153,78 hectáreas de superficie

Uno de los vehículos de la Generalitat Valenciana, aparcado en un cortafuegos. | LEVANTE.EMV

Junio ha comenzado con los termómetros echando chispas, dejando temperaturas más elevadas de lo habitual durante esta época del año. Un escenario climatológico que podría convertirse en la antesala de un verano realmente caluroso.

Y, tal y cómo ocurre todos los años, las administraciones públicas ultiman sus planes de prevención ante el riesgo de incendios forestales, disparado cuando se acerca la temporada alta.

Así, varios municipios de la Vall d’Albaida y la Canal de Navarrés contará con nuevos cortafuegos, recientemente adaptados para ser obstáculos ante la posible propagación de las llamas.

Operarios de la firma pública Vaersa se encuentran en la actualidad ejecutando unos trabajos que afectarán a 153,78 hectáreas de monte público.

Desde la conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica explicaron que las tareas se enmarcan dentro de la adecuación y modernización de las infraestructuras de prevención de incendios: ·«Este es uno de los pilares de la estrategia Mosaic que impulsa la dirección general de Prevención de Incendios de la Conselleria de Transición Ecológica, que trabaja también en la mejora y adecuación de los observatorios forestales, la modernización de la red de detección de incendios y la construcción de nuevos depósitos de agua contra el fuego», apuntaron fuentes del ejecutivo autonómico.

El acta de replanteo de la actual renovación de la red de cortafuegos encargada por la Generalitat se firmó en agosto del 2021 y el plazo de ejecución fijado fue de doce meses, por lo que actualmente se está ultimando la apertura y adaptación de estos elementos. El coste del proyecto es de 573.464 euros, sin IVA.

Ocho municipios

A su vez, según detalla la documentación a la que ha tenido acceso Levante-EMV, los trabajos se han desarrollado en zonas naturales enclavadas en los términos de ocho municipios diferentes. La mayor parte (61,10 hectáreas) pertenecen a monte público enclavado en Ontinyent. Enguera (45,60 ha) es la segunda localidad en la lista y Albaida (24,40 ha) se sitúa en el tercer escalafón. Los recientes trabajos también afectan a parcelas forestales de Quesa, Agullent, Agres o Muro de Alcoi.

Plan de prevención

El objetivo de los actuales trabajos de prevención pasan por «definir y cuantificar la ejecución de actuaciones de apertura y adaptación de áreas cortafuegos, seleccionadas entre las alternativas incluidas en el Plan de Prevención de Incendios Forestales». Los técnicos comentan que el trazado «está indicado en los planteamientos ya existentes, salvo modificaciones de pequeña envergadura para adaptarlos a algunas infraestructuras, a los límites de los montes de Utilidad Pública y al de sus enclavados». La renovación no afecta a ninguna Zona de Actuación Urgente (ZAU).

Por otra parte, también destacan que el 70% de la longitud total de las áreas cortafuego que incluye el proyecto está apoyada sobre pistas forestales, lo que supone 27,04 kilómetros de un total de 38,39 kilómetros.

La importancia de este tipo de tareas no puede pasar desapercibida, ya que el fuego no avisa. Así ocurrió ayer en l’Alcúdia de Crespins, cuando se declaró un pequeño incendio en una zona de cañar próxima a zona forestal, a las 10:50 de la mañana.

Hasta la zona acudieron un coordinador forestal, brigadas forestales y bomberos de Ontinyent,y fue sofocado rápidamente. Los trabajos de extinción finalizaron a las 12:45 h.

Las parcelas de cultivo, posibles defensas ante el fuego

Uno de los recursos que los expertos identifican en las estrategias de prevención de incendios son los terrenos de cultivo, que también sirven de obstáculo natural para desacelerar la potencia del fuego. Se trata de parcelas con franjas de tierra despejada, que se diferencian claramente de las masas forestales de los bosques. Por ello, algunas voces apuntan a la necesidad de seguir apostando por políticas que permitan el releve generacional para que la gente siga cultivando los campos valencianos.

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