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Cierra una carnicería tras 40 años junto al Mercat de Xàtiva

La pareja responsable ha decidido bajar la persiana y mantener solamente un local de su propiedad en el casco histórico, que será gestionado por su hija para mantener la tradición familiar

María José Bosch seguirá trabajando en la carnicería de la calle Almas, después de abandonar el local junto al mercado sedentario. | PERALES IBORRA

Josué García y María José Bosch bajaron por última vez la persiana de la carnicería que regentaban junto al Mercat de Xàtiva el pasado sábado 2 de julio. Tras atender a sus clientes durante más de cuarenta años, ya no la volverán a levantar. Él se jubila a finales de mes tras cumplir 65 años y ella seguirá trabajando junto a su hija Deborah en el local que la familia mantiene en la calle Almas, en el caso histórico de la capital de la Costera, al menos «durante un tiempo».

Josué García y María José Bosch, ayer en Xàtiva. | PERALES IBORRA

Comenzaron junto al Mercat en 1979, con una parada en el exterior. Luego, se mudaron a un bajo de la zona. «Mis padres y mis abuelos eran carniceros en los años 20, nosotros seguimos el negocio. Y ahora mi hija Deborah hará lo mismo», apuntó ayer Josué García a Levante-EMV.

A su vez, reconoció que ha sido su mujer la que ha capitalizado el trato con los clientes en el establecimiento que acaba de cerrar: «Yo prácticamente soy un desconocido allí, siempre ha atendido mi mujer». Los responsables del negocio apuntaron que gestionar dos carnicerías a la vez durante años ha conllevado una notable carga de trabajo: «Si hay una jubilación no podemos con las dos. En el bajo junto al Mercat pagábamos un alquiler y el de la calle Almas es de nuestro propiedad. La elección ha sido fácil».

Atender a los clientes durante cuatro decenios ha dado para mucho. Así lo reconoció ayer María José Bosch: «Son muchos años, hemos hecho muchos amigos y vivido muchas experiencias. He conocido a los vendedores del Mercat. Ha sido muy entrañable».

«Nosotros no hemos atendido dentro del Mercat, estábamos al lado, prácticamente éramos un puesto más. Es verdad que durante los últimos años han cerrado paradas y no ha habido relevo en muchos casos. Me decían ‘no te vayas, no te vayas’, pero era una decisión que debíamos tomar», apuntó emocionada.

En su caso, la carnicería tampoco será traspasada: «Nadie se ha interesado y es algo que estudiamos, por si mi hija la podía mantener, pero era demasiado carga de trabajo», argumentó.

«Lo echaré mucho de menos, el sábado lo pasé llorando. Hoy —ayer para el lector— había mercado y no querido ni acercarme. Es un trabajo de toda una vida», apostilló la carnicera.

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