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El intenso calor lleva a las granjas al límite al bajar la producción y disparar los costes

Los productores de conejo de la Canal advierten de una situación muy complicada por la necesidad de refrigerar las 24 horas y la menor fertilidad de los animales - El sector se enfrenta a nuevos cierres tras la desaparición de varias explotaciones en los últimos años

Imagen de archivo de una granja de conejos de Millares. | PERALES IBORRA

«Se vende antigua granja de conejos. Precio negociable». Tres anuncios como este pululan desde hace meses en los portales de compraventa de inmuebles ubicados en municipios de la Canal de Navarrés o la Vall d’Albaida. Por cada instalación piden entre 25.000 euros y 96.000 euros. Y las oscuras sombras que sobrevuelan al sector ganadero amenazan con dejar un nuevo goteo de cierres como consecuencia de una sucesión de adversidades que comenzaron con la pandemia y que se han agravado más tarde por la guerra de Ucrania. La concatenación de jornadas con temperaturas inusualmente tórridas hasta bien entrada la noche no ha hecho más que empeorar unas perspectivas ya de por sí poco halagüeñas. Al encarecimiento de los piensos y los cereales se suman los costes energéticos disparados en un momento en el que resulta imprescindible mantener las granjas a una temperatura aceptable.

«Estamos pagando entre 400 y 500 euros más al mes por la factura de la luz respecto al año pasado. Por la noche no refresca y llevamos 15 o 20 días con la ventilación puesta las 24 horas», resume Mohamed El Hadi, que gestiona desde hace siete años tres explotaciones de conejos en Navarrés.

Para este ganadero la situación está siendo «muy complicada» porque junto al incremento de los gastos está sufriendo un retroceso de la producción de entre el 25 y 30 % también motivada en buena medida por el calor, que no concede tregua en todo el día. «La fertilidad de los animales ha bajado bastante y están teniendo menos crías por camada de lo normal. Estamos vendiendo entre 1.000 y 1.500 conejos menos, cuando habitualmente producimos entre 7.500 y 8.000», lamenta El Hadi. Un recorte que no se ve compensado con los precios en el mercado, que todavía no se han recuperado desde 2019 y que se sitúan 0,25 euros el kilo por debajo del año anterior al inicio de la pandemia —ahora el kilo de conejo se vende a 2,24 euros— a pesar del drástico incremento de los costes del gasóleo, de la energía, del agua y de los piensos. «Hemos tenido temporadas malas en las que a final de año te solías recuperar y salías más o menos contento, pero esta vez no va a ser así, el invierno también será complicado », incide el propietario. En el diagnóstico coinciden los ganaderos más veteranos, que no recuerdan otra crisis igual, y eso que ha habido muchas en las últimas décadas.

Declive de la actividad cunícola

El último censo de ganado cunícola elaborado por la Conselleria de Agricultura sitúa a Navarrés como el municipio con una mayor actividad de este sector en la provincia de Valencia, al registrar 45.545 cabezas de conejo en las granjas. En esta localidad, sin embargo, ya solo quedan tres cunicultores en activo y uno de ellos ha anunciado el cierre de su explotación este año. En Millares y Anna, otras dos zonas tradicionalmente productivas, se venden dos antiguas granjas y las cabezas han bajado notablemente.

En toda la Comunitat Valenciana solo quedan explotaciones de conejos en 18 poblaciones, cuatro de ellas ubicadas en la Canal. El declive de esta actividad antaño primordial en la economía de la comarca se aceleró a principios de siglo con la desaparición de muchas granjas ante la subida del precio de los cereales, unida a los bajos precios y al impacto de las importaciones.

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