Encontrar una habitación en la que alojarse en Ontinyent durante la semana que viene se ha convertido en una misión imposible. El regreso de las fiestas de Moros i Cristians después del largo parón de la pandemia ha generado una gran expectación este año que ha contribuido a agotar las reservas en todos los hoteles, apartamentos y casas rurales de la localidad.
Este diario ha sondeado en ocho establecimientos turísticos y la respuesta ha sido la misma: todo está completo. Las voces del sector consultadas hablan de un repunte de la demanda este verano que se ha visto incrementada un poco más con motivo de la Setmana Gran, una tendencia que también se nota en la cantidad de gente que se interesa por hallar un sitio en el que poder alojarse en los días centrales de los festejos.
A fecha de ayer solo quedaban libres dos habitaciones en un complejo rural a 10 minutos de la capital de la Vall d’Albaida cuya oferta es exclusiva para adultos.
Las ganas de volver a vivir el evento se palpan en el ambiente y prueba de elo es que hace días que en diversas calles de Ontinyent ya hay vecinos que han sacado las sillas para no perderse l’Entrada. Esa misma ansia ya se evidenció a principios de agosto con el polémico caos que se produjo en el proceso de venta de tribunas online para l’Entrada de Moros i Cristians del próximo viernes. La demanda de los usuarios interesados en aquirir los tiques se disparó respecto a anteriores ediciones hasta alcanzar cifras inéditas y colapsó durante varias jornadas la web de la empresa contratada por la Societat de Festers para distribuir los asientos. Este lunes, en el casino del colectivo festero se repartirán 300 localidades de tribuna (a 11,50 euros cada una) y 300 sillas numeradas (6 €) ubicadas en la parte alta de Daniel Gil.
Durante l’Entrada del viernes que viene se pondrán a la venta otras 2.500 sillas a pie de calle, sin numerar, en l’Avinguda Almaig, y 800 asientos en Daniel Gil, a 6 euros cada uno.
