Las incorregibles deficiencias estructurales que presenta el centenario pabellón número 1 del cementerio municipal de Anna han obligado al ayuntamiento de la localidad a trasladar todos los restos que alberga este sector a una nueva ubicación. Una actuación de envergadura que ha comportado la necesidad de obtener las autorizaciones de todas las familias afectadas para proceder tanto a la apertura y el vaciado de 108 nichos como al posterior reacomodo de los fallecidos -se calcula que son unos 150- en otro emplazamiento del camposanto.

Las intensas y prolongadas lluvias que golpearon a la comarca durante el pasado mes de marzo ocasionaron el hundimiento parcial del antiguo pabellón en su parte central, por el efecto de la capilaridad del agua. Aunque inicialmente se comprobó que los mayores daños se concentraban en un grupo de unos 18 nichos -como en su día informó este diario- una inspección más exhaustiva a cargo del profesional técnico del ayuntamiento puso de manifiesto el peligro real de que el resto de la edificación se viniera abajo, habida cuenta de que la misma se desarrolló hace más de un siglo con una tipología de elementos muy inestables.

En una primera fase más incipiente ya fueron exhumados los restos que reposaban en los 40 nichos más afectados por el derrumbe desencadenado por las precipitaciones. Ahora, los esfuerzos municipales se centran en liberar las 68 sepulturas restantes, una tarea que se va completando poco a poco mediante el traslado de unos tres o cuatro cuerpos cada día, según indican fuentes del consistorio.

Los restos humanos de cada fallecido se están depositando provisionalmente o bien en nichos de propiedad municipal o bien pertenecientes a los descendientes de los difuntos, en virtud de la voluntad de cada familia. La alcaldesa de Anna, Pilar Sarrión, destaca que los propietarios están respondiendo bien y concediendo los permisos oportunos, lo que está permitiendo solucionar la problemática lo antes posible. La primera edil detalló los pormenores de la actuación a todas las familias involucradas en una confluida reunión celebrada hace varias semanas. En la sesión se hizo hincapié en que los propietarios y sus herederos han de ponerse al día del pago de los nichos, tras comprobarse que en muchos casos el abono de los mismos no estaba regularizado.

150 nuevos nichos

De momento, y a la espera de completar el proceso de reubicación de los restos, el Ayuntamiento de Anna ya ha sacado a licitación pública los trabajos para devolver el estado del pabellón 1 del cementerio a la normalidad, demoliéndolo por completo antes de construir en el mismo lugar una nueva estructura con 120 nichos, sobre una superficie de 102 metros cuadrados. La solución constructiva que propone el proyecto consiste en la utilización de nichos prefabricados para que se adapten en su diseño al modelo existente en el antiguo camposanto, puesto que se pretende guardar la armonía del entorno con los ejecutados anteriormente.

Los módulos se dispondrán en cuatro alturas, con una cubierta de tabiquillos y teja árabe. De entre los sistemas de nichos prefabricados de hormigón existentes en el mercado, la actuación ha optado por el de módulos en U, puesto que garantiza de una mejor forma la estanqueidad y el cumplimiento de las dimensiones exigidas en la normativa autonómica.

La obra, en fase de recabar propuestas empresariales, tiene un plazo de ejecución de 35 días y cuenta con un presupuesto de 139.670 euros que será asumido íntegramente por el consistorio con fondos propios, una circunstancia que la alcaldesa enfatiza en contraposición a lo que sucede en otros lugares. Sarrión señala el carácter urgente y prioritario que se le ha dado a la intervención desde un principio y confía en que el nuevo pabellón del cementerio quede acondicionado en el primer trimestre de 2023.