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"El cacau de collaret está en peligro, hay que rescatarlo"

Ana Climent inició hace dos años un proyecto agroalimentario en la Granja de la Costera que busca revivir cultivos en riesgo de extinción - Los primeros envases llegarán a tiendas especializadas

Ana Climent y su padre Eduardo, en sus campos de la Granja de la Costera. Levante-EMV

Ana Climent Ortiz (La Granja de la Costera, 12-5-1990) recibió esta semana una de las seis becas del programa InnovAgroWoMed, que premian proyectos de emprendimiento de mujeres en el sector de la agroalimentación. Su aventura, Ca Climent, comenzó hace dos años, con un objetivo muy claro: recuperar cultivos que están en peligro de extinción.

Gracias al programa, recibirá una ayuda de 7.500 euros para seguir con una iniciativa que define como «muy romántica». En mayo del año pasado plantaron las primeras semillas de las dos variedades de cacahuete que quieren preservar: de Collaret y Cacaua. La primera cosecha, que tuvo lugar en octubre, se almacenó para tener suficientes semillas para este año. Las previsiones hablan de un total de 1.000 kilos, que en las próximas semanas se venderán a través una web que están ultimando y en tiendas gourmet.

«El 'Cacau del Collaret' tiene un sabor propio y una forma muy característica. Ya casi no se cultiva, no teníamos donde comprar semillas para tener una plantación extensa. Es una labor de largo recorrido. Tenemos un plan de empresa, que no voy a desvelar, pero aún queda para ser rentable», explicó a Levante-EMV.

Consultada sobre el origen de la idea, apuntó que siempre cuenta la misma historia: «Todo ocurrió durante la pandemia. Yo soy de la Granja de la Costera, pero vivo en València. No tenía la cercanía de mis padres. Mi padre es agricultor de toda la vida y toda las semanas me trae el fruto de lo que cultiva. Siempre recuerdo sus cacahuetes. Me fui a un supermercado, probé unos y el gusto no era bueno. Y encima eran de fuera».

Así, este producto tan característico del ‘esmorzaret’ se ha convertido en su primer reto: «El propósito de Ca Climent es rescatar cultivos en peligro de extinción, revitalizar tierras. Tuvimos que arrendar un campo que estaba abandonado, subcontratar a un tractorista, hacerlo todo nosotros...». La experiencia de su progenitor está siendo clave, pero Ana es el motor del proyecto: «Ha venido gente que cultiva cacahuetes a visitarnos y se ha quedado sorprendida. La idea es volver a las raíces. Yo tengo otra empresa, esto es un proyecto diferente».

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