Una compañía fotovoltaica con sede en Pontevendra ha solicitado los permisos para instalar una planta que ocuparía 6,5 hectáreas en una zona del paraje de Las Rochas de Chella incluida dentro del perímetro afectado por el gran incendio que en 2016 arrasó más de 1.600 hectáreas en varios municipios de la Canal de Navarrés.

El proyecto contempla la colocación de 9.000 paneles solares y la puesta en marcha de una línea eléctrica aérea con 18 torres de media tensión para evacuar la energía generada. El tendido afectaría a 116 parcelas y recorrería una longitud de más de 3 kilómetros hasta el polígono de Anna, donde se establecería la conexión a la red. El trazado atravesaría el río Sellent y dos de sus torres se ubicarían en la zona de policía del cauce (la franja de protección de 100 metros de anchura).

Tanto la planta solar como la primera parte de la línea eléctrica necesitan recabar permisos ambientales especiales de la Generalitat, puesto que su emplazamiento coincide con dos zonas clasificadas como hábitats de interés comunitario. La instalación fotovoltaica se ubicaría a 150 metros del corredor ecológico del valle del río Sellent, protegido por su elevado valor ecológico, en una superficie donde son abundantes las plantas que crecen exclusivamente sobre suelos dominados por yeso.

Otra circunstancia que puede dificultar la autorización de la propuesta es que para ejecutar la obras sería necesario un importante movimiento de tierras encaminado a nivelar el terreno y eliminar taludes, dado que la pendiente existente en el ámbito de actuación es bastante pronunciada e imposibilitaría la instalación. La intervención necesaria elevaría notablemente el riesgo de erosión y de pérdida de suelo en la zona, al suprimirse toda la cubierta vegetal. La parcela, que ya presenta una tasa de erosión potencial muy alta, está cubierta por un estrato herbáceo y arbustivo bien desarrollado, aunque se aprecian numerosas áreas de suelo desnudo donde afloran materiales rocosos o arcillas, por lo que el suelo está prácticamente ausente en algunas áreas.

El propio estudio de impacto ambiental presentado por la empresa advierte de que la litología del terreno "es frágil", por lo que la alteración del mismo y de la vegetación existente "puede resultar un proceso muy difícil de revertir". El análisis del movimiento de tierra a realizar exige un desmonte de 76.439 metros cúbicos y un terraplén de 76.138 m3 que provocaría "una alteración de la morfología del terreno".

Una zona de alta calidad paisajística

El estudio también reconoce que la planta solar se propone "en una zona de alta calidad paisajística y con muy baja capacidad de acogida de proyectos como este", por diversos factores como la escasa intervención humana, el uso agrícola en armonía con el entorno natural y la cercanía del río Sellent, encajado sobre un peculiar relieve modelado sobre materiales blandos.

Aunque el tamaño de la planta fotovoltaica diseñada no sería muy grande, su implantación "supondría una importante intrusión visual desde el pueblo de Chella y, en concreto, desde el Mirador del Salto", resalta el documento. La línea aérea de media tensión, además, generaría "una ruptura del paisaje por su naturaleza intrusiva alargada".

La empresa Energía, Innovación y Desarrollo Fotovoltaico, SA (EiDF) se compromete a elaborar un minucioso plan de restauración en la zona y destaca los beneficios de su propuesta sobre vectores como el cambio climático, la creación de empleo o la dinamización económica de Chella y su entorno. La compañía defiende el emplazamiento seleccionado porque es la alternativa estudiada donde se generaría el menor impacto ambiental, así como por la fuerte insolación del lugar y las necesidades energéticas de la comarca, sumado a otros factores como la extensión de la superficie, la buena infraestructura y el fácil acceso al futuro parque solar a través de la red de carreteras.

El proyecto comportaría la eliminación total de toda la vegetación (herbácea y arbustiva) presente en la parcela seleccionada, donde predominan la albaida y el lastón, las primeras especies que surgieron tras el incendio de 2016, en un espacio en el que conviven algunos troncos quemados con pies arbóreos de otras especies como el algarrobo.

Pese al reciente fuego, el terreno presenta una "cubierta diversa y con evolución favorable", valorada con una calidad alta tras una "correcta renaturalización". Bajo los paneles solares, la promotora de la planta pretende generar una cubierta vegetal de tipo herbazal con pequeñas matas arbustivas para paliar los problemas de erosión y reconvertir la zona en un hábitat útil para las especies de flora y fauna del entorno. Eso sí, tras los análisis sobre el terreno se considera difícil alcanzar el estado de la vegetación actual en el medio plazo debido a las afecciones sobre el suelo provocadas por los movimientos de tierra, que provocarán un "impacto severo" por el peligro de erosión.

"Destrucción directa" del hábitat para la fauna

En el entorno de la actuación se identifica la presencia de 79 especies animales que se verían afectadas por la "destrucción directa de su hábitat" durante las obras de la planta. Según el catálogo de especies amenazadas de la Comunitat Valenciana, dos se encuentran en peligro de extinción (el murciélago ratonero patudo y el murciélago mediano de herradura), siete se clasifican como vulnerable y otras siete aparecen como protegidas.

En cualquier caso, el proyecto subraya el impacto sobre la fauna como "moderado" porque es reversible. Una vez finalizados los trabajos de construcción, durante la vida útil de la instalación, se espera que la mayoría de las especies actualmente presentes encuentren las condiciones adecuadas para volver a ocupar el enclave. La línea eléctrica también puede generar impactos negativos por la colisión de aves, aunque se colocarían elementos de seguridad para evitar al máximo dicho riesgo. En el enclave destaca la presencia del águila perdicera.

La instalación generaría aproximadamente 6.982 megavatios/hora anuales de energía. La promotora del proyecto duplicó sus ingresos en 2021 hasta los 46 millones de euros y gestiona propuestas fotovoltaicas en distintos puntos de la geografía española.

El proyecto inició el viernes su tramitación oficial ante la Conselleria de Economía. Ahora debe reunir los permisos necesarios antes de conseguir la autorización definitiva.