La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha decidido conservar los estribos del del azud de Molí de Malanya, ubicado en el municipio de Bellús, una vez finiquitada la demolición de la infraestructura. Desde la CHJ apuntan que "se encontraba en desuso desde hace varios años y, por su falta de mantenimiento, suponía un riesgo para las personas debido a su situación de abandono". Desde la CHJ defienden que los trabajos llevados a cabo con la demolición de este azud permiten una recuperación de la biodiversidad del río Albaida, favorecen la conectividad fluvial de la fauna, contribuyendo a la mejora de la calidad de las aguas. Al mismo tiempo, la eliminación de esta barrera artificial acaba con una posible problemática relacionada con las actuaciones puestas en marcha por la Confederación en el río, a su paso por el municipio de Bellús, para eliminar la caña común (Arundo donax), ya que la acumulación de sedimentos y limos aguas arriba del azud podría propiciar la aparición y dispersión de esta especie exótica invasora.

Antes de la eliminación de la barrera transversal, la Confederación realizó una serie de actuaciones previas como fueron la constatación del estado de abandono de la infraestructura, un análisis sobre la existencia de posibles derechos asociados a la misma y llevó a cabo varias consultas a los órganos autonómicos ambiental y patrimonial para salvaguardar la protección de los posibles valores existentes en ambas materias. De esta manera, se realizó un estudio arqueológico previo a la demolición y un proyecto de seguimiento de los trabajos de demolición, por lo que se tomó la decisión de conservar los estribos del azud en el río con el objetivo de preservar un testimonio del patrimonio hidráulico de nuestro territorio.

Levante-EMV ya adelantó el inicio de los trabajos para el derribo del Molí de Malanya.

Más de un millón de barreras en Europa

Desde la CHJ también comentan que los azudes y las presas son obras hidráulicas esenciales para el almacenamiento y regulación del agua, permitiendo el uso de la misma para distintos usos. "A pesar de este papel fundamental, los azudes y las presas constituyen un obstáculo para la continuidad de la vida piscícola y de los caudales sólidos", exponen. En concreto, de acuerdo con el proyecto AMBER (Adaptive Management of Barriers in European Rivers), los ríos europeos cuentan con más de un millón de barreras, por lo que se encuentran enormemente fragmentados.

En este contexto y con la finalidad de proteger y recuperar la biodiversidad, la Directiva Marco del Agua establece como objetivo la consecución del buen estado de las aguas. Para ello, más específicamente, la Estrategia de la Unión Europea sobre Diversidad para 2030 recoge como meta la recuperación de la conectividad longitudinal en al menos 25.000 kilómetros del territorio de la Unión.

Actuaciones como las descritas reafirman el compromiso de la Confederación Hidrográfica del Júcar con el cumplimiento de los objetivos dictados por la Unión Europea para los ríos de su ámbito territorial de actuación