El Espai Cultural Sant Domènec de Xàtiva abre sus puertas este viernes, 2 de diciembre, a la exposición "Espill de festa. El Corpus", una muestra sobre distintos elementos que caracterizan a esta magna celebración. La exposición ha sido producida por L'ETNO, Museu Valencià d'Etnologia, dependiente de la Diputació de València, y está comisariada por Pilar Payá, conservadora del ETNO, y por Xavier Rausell, investigador de indumentaria. Podrá visitarse hasta el próximo 20 de enero de 2023.

A lo largo de su historia, la procesión del Corpus se convirtió en una de las más destacadas expresiones de la religiosidad popular, gracias a las novedades e invenciones que reflejaban el lujo y la modernidad del momento. Esta celebración brotó como espejo para las ciudades y villas importantes del Regne de València. La participación y socialización de los ciudadanos mediante elementos lúdicos, religiosos, sociales y culturales del desfile afirmaba los valores confesionales y políticos de la élite del momento, al tiempo que los conjugaba en una imagen que mostraba la sociedad terrenal y la celestial. Ambas jerarquías se legitimaban irradiando la imagen de una sociedad perfecta.

El diseño de la muestra ha corrido a cargo de Aureli Domènech, museógrafo, y la muestra está compuesta por más de 150 piezas entre las que cabe destacar la maza de ceremonial del Servei de Protocol del Ayuntamiento de València, banderas de los gremios de zapateros y sastres, el vestido de Moma del siglo XIX, el Águila de Morella, dos Custodias del siglo XVIII y del siglo XX, y un libro de registro de entrega de vestidos por el Corpus de Casa Insa.

Los fondos expuestos provienen de la Colección Insa del ETNO y de diversas instituciones públicas y privadas: Museu Històric Municipal (Ayuntamiento de València), Ayuntamiento de Morella, Ayuntamiento de Ontinyent, Real Basílica de la Virgen de los Desamparados, Parroquia de la Asunción de Carcaixent, Real Parroquia de los Santos Juanes de València y Cofradía de San Vicente Ferrer de La Canyada.

La exposición ha contado con un buen número de colaboradores, como el especialista en cultura popular Fermín Pardo, Gil Manuel Hernández (Director del Museu del Corpus-Casa de las Roques), la historiadora del arte Oreto Trescolí, Jaime Sancho (Delegado Diocesano de BBCC y Patrimonio Artístico), así como especialistas provenientes de la Universitat de València (Rafael Narbona, Antonio Ariño, Amadeo Serra) y de la Facultad de BBAA (Vicent Guerola).

Secciones de la muestra

La muestra se organiza en cinco apartados. La primera parte se dedica a los 'Elementos de la Fiesta'. En este apartado se tratan aspectos como la representación y signos identitarios propios de la religiosidad y del poder político e institucional de la ciudad de València; las mutaciones que sufría la ciudad como escenario de la fiesta; la vida asociativa y la participación de la sociedad organizada en torno al evento, donde lucían con especial protagonismo de los gremios y las cofradías religiosas; las rocas o carros triunfales, espacios de figuras de carácter religioso en los que se representaban paisajes bíblicos, o los actos religiosos y danzas como la danza de la Moma.

La exposición se fija en los atributos básicos de las representaciones o identificadores de los personajes bíblicos del Antiguo o Nuevo Testamento, entre los que rebosaban los referentes a la Virgen o la Custodia, ostensorio de metal valioso para presentar la Sagrada Forma volcada en la adoración de los fieles.

El segundo gran apartado de la exposición aborda la irradiación que la Fiesta del Corpus tuvo en el 'territorio valenciano'. El modelo festivo en todas las poblaciones del Regne consistía en una procesión general y única, para la que el Corpus de la ciudad de València se convirtió en el espejo a imitar a escala local. La jerarquización de un desfile cívico-religioso representaba el poder y su reparto. Con una participación y un protocolo bien reglados, el vecindario acentuaba la exaltación a la divinidad y, al mismo tiempo, reforzaba su identidad.

La tercera sección habla de 'Vestir la Festa', destacando la importancia de las roperías, que fueron unos establecimientos que funcionaron desde antiguo en la ciudad de València y que encontraron en la fiesta del Corpus un negocio importante. Eran establecimientos como Casa Insa, que se dedicaron a la confección y alquiler de indumentaria nueva y usada, así como elementos y decoraciones para la fiesta.

Los dos últimos apartados informan, por un lado, de la transformación de una fiesta de más de 650 años, que también es reflejo de las transformaciones sociales de la ciudad, donde se pone de manifiesto su paulatina laicización, tal y como cómo ha ocurrido en la sociedad valenciana, o la importancia que el asociacionismo religioso ha adquirido ante la desaparición de los gremios, principales impulsores y mantenedores del Corpus.

Por último y para concluir, la exposición invita a pensar en el papel que la fiesta y más concretamente la Fiesta del Corpus desempeña dentro del mundo actual, donde estas manifestaciones giran a menudo entre las dimensiones simbólicas e identitarias, en una tensión constante para mantener la propia identidad, adaptarse a las actuales sensibilidades sociales o convertirse en un evento masificado o un producto de consumo.