El Fons Valencià per la Solidariat celebra su 30 aniversario, después de que el 28 de novembre de 1992 13 municipios de la Comunitat Valenciana firmaran un manifiesto constituyente para la creación de un fondo que aglutinara los esfuerzos y recursos para la transformación socioeconómica de países empobrecidos a través de la cooperación internacional descentralizada desde el municipalismo valenciano, haciendo así más eficaz y eficiente la voluntad de los ayuntamientos y mancomunidades de la Comunitat Valenciana de contribuir a la construcción de un mundo más justo y sostenible.

Treinta años después, el Fons Valencià per la Solidaritat cuenta con 128 ayuntamientos y 9 mancomunidades de las 3 provincias miembros de la entidad, que representan a casi el 25% de los ayuntamientos y a más del 50% de la población de la Comunitat, y se ha consolidado como una organización diversa y de consenso donde la voluntad política se une desde el pluralismo —tanto territorial, político como de medida poblacional— para conseguir las finalidades propias del Fons. Además, el trabajo y la contribución del Fons ha convertido a la organización en un agente clave de la cooperación valenciana.

La entidad cumple, por lo tanto, tres décadas transformando socioeconómicamente territorios de países empobrecidos, siendo las principales protagonistas de estas acciones las entidades locales integrantes del Fons, que con sus recursos aportados —no solo económicos, sino también humanos, técnicos o políticos, entre otros—contribuyen de manera directa al desarrollo de los países del sur mediante la cooperación internacional al desarrollo, desde una perspectiva descentralizada y municipalista.

Del mismo modo, los diferentes ayuntamientos y mancomunidades que forman parte del Fons han sumado ante las diferentes crisis humanitarias que, desgraciadamente, se han producido en estos treinta años, a través de esfuerzos extraordinarios para la acción humanitaria. Por otro lado, la población de las entidades locales socias del Fons, con los diferentes proyectos de educación para el desarrollo y la ciudadanía global de la entidad recibe sensibilización respecto a la cultura de la solidaridad y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el fin de crear ciudadanía concienciada y crítica.

Actividad del Fons dentro de su 30 aniversario.

La evolución del Fons Valencià per la Solidaritat desde su nacimiento ha sido ascendiente, entre otros, por el trabajo eficaz y eficiente, así como por su solvencia económica derivada de un carácter responsable, donde siempre ha primado la máxima transparencia. Además, el Fons siempre ha contado con alianzas para fortalecer su trabajo, formando convenios de colaboración con la Generalitat Valenciana, las Cortes Valencianas, Diputación de València, Diputación de Castelló, Diputación de Alicante y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias. También, la asociación solidaria dispone de una fuerte condición participativa, siendo miembro activa de la Confederación de Fondo y Solidaridad del Estado español, del Consejo Valenciano de Cooperación, del Comité de Acción Humanitaria y Emergencias de la Comunitat Valenciana, así como de diferentes consejos locales de cooperación y solidaridad de ayuntamientos socios del Fons.

Ampliar la cooperación internacional

El presidente del Fons Valencià, Álvaro Escorihuela, celebra estos treinta años poniendo el foco en que "los ayuntamientos y mancomunidades de la Comunitat Valenciana miembros del Fons son los verdaderos actores principales de los avances producidos en países empobrecidos durante el trabajo de estas tres décadas". Escorihuela recalca que la visión del Fons es "consolidar y ampliar la cooperación internacional descentralizada y la educación para el desarrollo desde el municipalismo valenciano, vertebrando la entidad con más entidades locales socias de las tres provincias".

Además, el presidente de la institución destaca "la importancia que genera la cooperación entre pueblos y países para hacer frente a problemas comunes, como puede ser la pandemia de la COVID-19, las causas y consecuencias de diferentes conflictos o la emergencia climática", incidiendo en que "ante problemas globales, no hay otro camino que una respuesta común y colaborativa".