Xàtiva detecta 52 infracciones urbanísticas en los dos últimos años
La Junta de Gobierno ha tramitado 216 órdenes de ejecución en los ejercicios 2021 y 2022
El pasado domingo 4 de diciembre el Ayuntamiento de Xàtiva cerró al tráfico la calle Hostals, tras registrarse desprendimientos desde una cornisa de una casa abandonada. A su vez, dos vecinas de la calle Carneros también han denunciado esta semana las filtraciones, desprendimiento e insalubridad ocasionadas por otro inmueble en ruinas. Son dos ejemplos de una problemática acuciante en la capital de la comarca de la Costera.
El abandono de casas en el casco antiguo es un escenario complejo. Xàtiva cuenta con el segundo casco antiguo de mayor extensión de la provincia, solamente superado por el de València. Además, muchos inmuebles languidecen sin uso al difuminarse su titularidad en herencias compartidas o convertirse en caserones embargados por el banco.
El Ayuntamiento es consciente de esta situación y en los últimos dos años ha levantado un total de 52 actas de infracción urbanística, 32 en lo que llevamos de ejercicio 2022 y 20 en 2021.
Los datos aportados por el consistorio setabense también confirman que en Junta de Gobierno se han tramitado 216 órdenes de ejecución relacionadas con la disciplina urbanística.
Dichas órdenes se enmarcan en amplios expedientes de disciplina urbanística, que se amparan en el deber de los titulares de las viviendas de ser responsables de su correcta conservación y rehabilitación en caso de ser necesarios. Tanto los titulares de la vivienda de calle Hostales como la de Carneros contaban con un requerimiento del consistorio.
A través de las órdenes de ejecución, los dueños son requeridos para que cumplan con sus obligaciones. Si no hacen caso, el consistorio tiene la potestad de interponer diez multas económicas con el 10 % del coste de los trabajos a realizar. Una vez completada dicha cifra, tiene la potestad de actuar de forma subsidiaria. Una de las últimas actuaciones en este sentido tuvo lugar a principios del pasado mes de enero, cuando el ayuntamiento ordenó el derribo de un vivienda en ruinas emplazada en el barrio del Raval, en la calle de Santa Teresa Jornet. El inmueble llevaba décadas sin uso y el Ayuntamiento no consiguió dar con los titulares. Los trabajos costaron más de 15.000 euros según fuentes municipales, aclarando que actuar en este sentido es una última bala. En Ontinyent, por ejemplo, el equipo de gobierno también se ha visto obligado a optar por este camino en inmuebles situados en el histórico barrio de la Vila.
En Xàtiva se tramita una media de una docena de peticiones de obras en casas del municipio, muchas de ellas realizadas para residencias ubicadas en el casco antiguo. En algunas ocasiones sí se tramitan compras, como la reciente adquisición de un caserón histórico en Corretgería.
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