LA CIUDAD DE LAS DAMAS

Pensionistas incombustibles

Una pareja de pensionistas pasea por un parque.

Una pareja de pensionistas pasea por un parque. / EFE

Mar Vicent

Hace falta ser muy cenizo para no compartir la alegría que deben sentir los más de 6.000 pensionistas que según el INE existen en Xàtiva al ver incrementada este mes su pensión en un 8,5 %, lo que supone 100 euros al mes como media, 1.400 al año, que es una cantidad que quizás no permita grandes juergas, pero se distancia bastante de ese 0.25%, raquítico y humillante al que nos habían acostumbrado los Gobiernos de derechas.

Posiblemente se alzarán voces que desde la prudencia más hipócrita criticarán la subida por el enorme gasto que supone a las arcas públicas. Habría que recordarles que el coste de las pensiones, con toda su envergadura, es menor que las cantidades «desaparecidas» al calor de la corrupción y el fraude fiscal que se aproximan a los 180.000 millones de euros. Y señalar, por si lo han olvidado, que las pensiones no son limosnas sino que responden al principio de reparto de la riqueza y de solidaridad. La riqueza que proviene del pago religioso de los impuestos y la solidaridad como principio irrenunciable de la sociedad en la que queremos vivir. En todo caso, quienes disientan de la medida o consideren que no procede porque daña a esa patria que al parecer monopolizan, están a tiempo de renunciar al incremento de su propia pensión. Su coherencia política se lo agradecerá.

Pero no está todo hecho. Faltan las mujeres, como es habitual. Solo el 5% de los jubilados valencianos gana menos de 600 euros. Pero esa cuantía ridícula la reciben el 30% de las mujeres según el Instituto Valenciano de Estadística. Las pensiones de viudedad que perciben en su mayoría mujeres por su mayor índice de supervivencia (de esto también se podría hablar), son directamente una condena a la indigencia para las mujeres que dependen de ellas. A estas alturas no tiene sentido que su cuantía dependa de la pensión del marido fallecido (un 52% de ésta) sin valorar en absoluto ni las necesidades de la superviviente ni su aportación individual a la sociedad desde los cuidados a menores y a dependientes que ha asumido toda su vida. Es un avance, pero insuficiente, que dos de cada tres nuevas pensionistas cobren ya el plus de brecha de género, un complemento que pretende paliar los efectos de la crianza de hijos en la carrera laboral de los progenitores.

No hay que olvidar que esta decisión la ha tomado un Gobierno que, con sus matices, se define como de izquierdas, en el que conviven, juntos pero no revueltos, distintas fuerzas políticas que han tenido que entenderse dando como resultado un puñado de medidas que han cambiado la realidad social y económica de este país. No gustan todas ellas a todo el mundo, no son todas las que deberían y es seguro que han tomado decisiones que algunos consideran innecesarias. Es lo que tiene la libertad de creencias e ideologías. Aunque frente a hechos tan evidentes, cabe poca discusión.

En cualquier caso, hace falta recordar para evitar triunfalismos y pérdida repentinas de memoria que esta victoria, que lo es aunque de carácter parcial, no ha sido fruto de la iluminación divina sino que, en parte, se sustenta como factor de urgente motivación, en la movilización continuada y testaruda de mucha gente mayor, agrupada en sus plataformas, que ha desafiado el juicio compasivo de quienes los ninguneaban y ha salido a la calle, viajado a Madrid o donde hiciera falta, dando respuesta inmediata y contundente a las maniobras de despiste con las que se pretendía causar confusión. En Xàtiva, el pasado martes estaban otra vez, en el Mercado. Incombustibles. Gracias.

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