"Mi vida ha cambiado drásticamente desde que estoy en Xàtiva"

La población extranjera crece en la Costera con colombianos y venezolanos a la cabeza

Francesco y Gabriel, músico y médico procedentes de Venezuela residentes en Xàtiva.

Francesco y Gabriel, músico y médico procedentes de Venezuela residentes en Xàtiva. / Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Gabriel Andrés Barreto, Francesco Antonelli e Ismael López tienen entre 33 y 34 años y forman parte del mayor éxodo que ha visto América Latina en la época moderna, el que protagonizan 7 millones de migrantes venezolanos que han salido de su país en busca de una vida mejor. Los tres han fijado su lugar de residencia en Xàtiva después de la pandemia y los tres hablan maravillas de una ciudad que, dicen, les ha abierto todas las puertas.

Junto a la colombiana y la marroquí, la comunidad venezolana es la que más ha crecido en Xàtiva en términos absolutos a tenor de la radiografía anual del censo de extranjeros publicada por el Instituto Nacional de Estadística. A 1 de enero de 2022 había inscritas en el padrón municipal 87 personas procedentes de Venezuela, un 27 % más que a principios de 2021.

El patrón se repite si se amplía el foco al conjunto de los 61 municipios de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, donde la venezolana es la segunda nacionalidad que más población gana (37 residentes más y un total de 230), solo por detrás de la colombiana, con un 31% de empadronados más en estas tierras que hace un año (783 en total). En el reverso de la moneda, los residentes de origen búlgaro son los que más descienden (241 menos en un año, aunque siguen siendo los más numerosos), junto con los de origen rumano (57 menos). En la Costera la población extranjera creció un 5,69%, con 366 migrantes más, mientras en la Vall la subida fue menor (un 0,61%, con 52 personas foráneas más) y en la Canal el número de extranjeros bajó un 3,2%, con 54 inscritos menos.

Ismael llegó a España como turista en 2019 sin saber si le permitirían entrar en el país y se puso a vivir con su familia en un pequeño pueblo aragonés de 400 habitantes, mientras se tramitaba su petición de asilo por razones humanitarias. La situación política en Venezuela le impidió terminar la carrera de veterinaria y tuvo que vender prácticamente todas sus cosas para pagarse el viaje. Al principio todo era muy frío. Se sentía diferente. Pero cuando al cabo de dos años decidió mudarse a Xàtiva su vida experimentó un cambio drástico. "Nada más llegar noté el calor de la gente en Xàtiva: hay mucha diferencia en el trato con la gente del norte, más cerrada. Aquí no me cerraron las puertas", señala.

Ismael ha trabajado en la hostelería, pero está explorando oportunidades en otros campos. "El tema laboral es una constante angustia para cualquier inmigrante, te mueves en una situación delicada", observa. La cosa, eso sí, "no tiene nada que ver" con Venezuela, donde "tu trabajo da para dos comidas". Ismael sufrió en sus carnes la represión de las protestas contra el Gobierno tras la enorme devaluación de la vida y estuvo en búsqueda y captura por la Policía en dos estados. "Me dispararon, me cogieron a hostias y tuve amigos muertos sobre mis hombros. Allí tu vida no vale nada, por eso la gente prefiere ahogarse en un río para llegar a Estados Unidos que quedarse", narra. Habla con conocimiento de causa. Sus padres viven en Canadá.

La experiencia de Gabriel no fue tan traumática porque él llegó a España con la carrera de medicina, que le abrió más puertas laborales, y la doble nacionalidad. Y por eso no dudó en tender una mano a su mejor amigo, Ismael, dándole cobijo en su piso. En agosto de 2020, con 600 euros en la cuenta, la covid-19 le empujó a establecerse en Xàtiva, donde trabaja como facultativo cubriendo una sustitución en el consultorio de la Seu. Antes había estado empleado en una cadena de hoteles-balneario, recorriendo el país, pero la crisis sanitaria le dejó sin trabajo y tuvo que buscarse las habichuelas. "Mi vida ha mejorado considerablemente desde que estoy en Xàtiva. La acogida ha sido excelente", cuenta.

"El valenciano no es ningún problema"

Después de más de dos años de estancia, Gabriel hace constar que el valenciano no está siendo ningún problema para él pese a que los usuarios a los que atiende son valencianohablantes. «No he notado ninguna ofensa», incide. En Venezuela apenas cobraba 2 euros al mes, mientras que aquí —con la falta de médicos— los facultativos latinoamericanos están muy cotizados.

Francesco es un músico venezolano que reside en Xàtiva desde 2021 junto a su pareja, que hace la especialidad de medicina en el hospital Lluís Alcanyís. "Salimos de Venezuela por la situación del país. Teníamos pensado venirnos, pero sufrimos un secuestro y lo aceleramos", explica como si tal cosa y tomándoselo con cierto humor. Francesco es pianista, tiene un estudio de grabación en casa y acaba de lanzar un disco con su banda Against myself.

En su país llegó un punto en que la electricidad se iba constantemente y le fue imposible continuar con su carrera, mientras su pareja ganaba 3 euros al mes. Cuando fueron a despedirse de la familia, les detuvieron y secuestraron en los valles del Tuy durante el trayecto en coche para pedir rescate a su familia. Al final fueron liberados. Por suerte, su doble nacionalidad (su padre es italiano) facilitó la llegada a España. "En otros países ponen muchos más impedimentos", sostiene.

La comunidad búlgara es la que más residentes pierde

La comunidad búlgara sigue siendo la más numerosa en la Costera, la Canal y la Vall con 4.592 residentes, pese a ser también la que más bajó en número de censados a 1 de enero de 2022, si se comparan las cifras con las del año pasado. Tras la población rumana (con 2.711 vecinos), le sigue en volumen la marroquí, con 2.046 (32 más que el año pasado). Destacan también los incrementos de los migrantes de Senegal (30 más), Argentina (20 más) o Cuba (24 más). En cambio, en 2021 bajaron los residentes procedentes de China (8 menos) o Brasil (9 menos). Pese al Brexit, siguen viviendo en las tres comarcas 1.108 británicos, solo tres más que el año anterior.