Un proyecto recupera olivos y variedades centenarias en 500 hectáreas dels Alforins

La alianza entre tres conocidos empresarios de Fontanars y Moixent, una familia de agricultores con 40 años de experiencia y varias almazaras para rescatar e impulsar el aceite autóctono de la zona en plena crisis comienza a dar sus frutos

Trabajos de recolección de la cosecha en una de las parcelas de Fontanars.  Levante-emv

Trabajos de recolección de la cosecha en una de las parcelas de Fontanars. Levante-emv / Elena Martínez

Sergio Gómez

Sergio Gómez

En medio de uno de los escenarios más aciagos que se recuerdan para los productores de aceitunas por la desastrosa cosecha que acaban de dejar atrás, una familia de agricultores con 40 años de experiencia en el campo y tres conocidos empresarios de Fontanars y Moixent han unido fuerzas para apostar por un cultivo en retroceso que se ve desplazado por el protagonismo que tienen los viñedos en el valle dels Alforins. El proyecto nace con la voluntad de recuperar variedades tradicionales de aceitunas autóctonas en peligro para poner en valor la riqueza oleícola de la zona, con la diferenciación como arma para moverse en un sector muy competitivo.

La marca «La Toscana» bebe de las sinergias con varias almazaras del entorno para intentar cubrir el hueco que existe en el terreno del aceite por estos lindes. A los mandos de la gestión se encuentra Francisco Caturla, el que fue responsable comercial del tomate «estilo Kikí», un ejemplo de como una marca nacida de una receta familiar elaborada a partir de los tomates de secano cultivados en una finca de Fontanars se convirtió en un éxito de ventas que cruzó fronteras y llegó a las tiendas de «delicatessen» de medio mundo.

Pero Caturla señala a la parte técnica del proyecto de «La Toscana», encabezada por el agricultor Juanjo López, como verdadero motor de la marca, tras una trayectoria de esfuerzo y crecimiento continuo. «La idea es darle un poco de sentido a las tierras con olivos y sacar lo que nos pueden dar para ofrecérselo a la comarca», apunta el CEO de esta pequeña pyme de la Vall d’Albaida, inmersa en en dar forma y poner en escena su proyecto d comercialización, envasado y producción «despacito y con pasos pequeños».

Medio millón de kilos de cosecha

De momento, la iniciativa engloba 200 hectáreas propias de los hermanos López que se suman a otras 300 hectáreas pertenecientes a diversos clientes a quienes se les brinda el servicio completo de plantación, poda y tratamiento de los olivos. La marca ha iniciado sus operaciones con una cosecha de 250.000 kilos de aceitunas, aunque la perspectiva a corto plazo es duplicar esa producción, teniendo en cuenta que la última campaña ha dado unos frutos muy por debajo de lo habitual en toda la Comunitat Valenciana.

Aunque ha sido un año duro y muy difícil que no ha permitido cumplir las expectativas de ningún productor del sector, el proyecto ha apostado por dos líneas de productos que ponen el foco en la diferenciación y en la «protección» de las olivas autóctonas de la zona, como la manzanilla, la picual, la alberquina, la alfafara o la rojal. Además de comercializar aceite convencional, La Toscana también abarca productos artesanales con sabores. Su logotipo quiere ser un guiño a la mujer trabajadora del campo, la gran olvidada de la agricultura.

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