Una muestra reúne 300 objetos de la colección etnográfica de «Botifarra»

El exconvento de Sant Doménec acoge una exposición con objetos trasladados desde Ca Juesa - La iniciativa se inaugura mañana en Xàtiva y podrá ser visitada hasta el próximo 19 de Marzo

El cantaor Pep Gimeno «Botifarra» (Xàtiva, 1960) es reconocido por su amplia trayectoria dedicada a la recopilación y conservación de la música tradicional valenciana. Un trabajo de largo recorrido que le ha valido para recibir múltiples galardones. 

En paralelo a esta actividad, el artista setabense lleva años adquiriendo y restaurando piezas etnológicas que definen la vida cotidiana y el trabajo realizado en el campo valenciano durante épocas pasadas. Parte de este material —unos 300 objetos más o menos— forman parte de la muestra que, desde mañana y hasta el próximo 19 de marzo, se podrá disfrutar en el espai Sant Domènec de Xàtiva.  

La iniciativa permite al visitante protagonizar un viaje al pasado, trasladarse a aquellos años donde los teléfonos móviles, las pantallas y las redes sociales no copaban nuestro día a día. El propio cantaor setabense —trabajador del archivo municipal— ha rematado el montaje durante los últimos días. 

Ayer atendió a Levante-EMV y explicó que «esto es una pequeña parte de todo lo que tengo. En Ca Juesa y en la casa de mi abuela guardo muchas más cosas». 

Donaciones, compras, regalos... la colección se ha configurado durante décadas. Gimeno explicó que «para mí todo tiene valor, para mí es un tesoro, sino no lo hubiera guardado. Mi hermano y mi mujer han restaurado muchas piezas. Es una colección de todos los botifarres».

Pep Gimeno también también explicó que la actual muestra es una especie de continuación de la exposición «Sol antic, sol perdut» que coordinó en Xàtiva en los años 90 junto al cronista Agustí Ventura y Neus Castellano, actual directora del centro Gabriel García Márquez de Barcelona. «Fue en el año 92 o 93, cuando estaba de alcalde Miquel Calabuig. Montamos una pequeña muestra en el lugar que actualmente ocupa la biblioteca municipal. Siempre he tenido el gusanillo de hacer algo más, pero los anteriores gobiernos locales no me hicieron caso. Hablé con Raquel Caballero, actual regidora de Cultura, y todo fueron facilidades».

En Sant Domènec el visitante se topará con un variado abanico de objetos tradicionales. Caballos de cartón y madera, muñecos alemanes de 1909 vestidos como llauradors, una maqueta de la Font dels 25 dolls, molinillos de café, barreños, balanzas, licores, cedazos, rastrillos, todo tipo de utensilios de labranza, azulejos, relojes de pared y una sènia —una especie de pequeña noria de agua— forman parte de los elementos expuestos. Una colección que merece ser disfrutada.

Un carro de Llocnou que iba a ser pasto del fuego

Uno de los objetos que enseguida acapara las miradas las miradas del visitante es un carro que Pep Gimeno rescató del fuego: «Me lo dio un chico de Llocnou del Fenollet. Iban a quemarlo y la verdad es que me lo quedé porque las ruedas estaban bien. Mi hermano lo ha restaurado y ahora luce como nuevo». Todos los objetos tienen una historia. También destaca un antiguo baño adquirido en el extinto rastro de Corbera: «Estaba hecho polvo y el chico que me lo vendió me pidió 5 euros. Me dijo que no era una mesa. Lo ha renovado mi mujer».