La papelera San Jorge y las murallas de Levante de Xàtiva entran en la lista roja de patrimonio en peligro

La incorporación de dos nuevas construcciones históricas ha elevado a siete el número de inmuebles de Xàtiva incluidos en la Lista Roja de Patrimonio cultural en peligro que elabora la asociación nacional Hispania Nostra.

La papelera San Jorge y las murallas de Levante son las dos protagonistas del último registro en la base de datos. Se suman a la antigua estación de Xàtiva, la ermita de Sant Antoni, la Casa-Palacio de Luis Cerdá, la torre-campanario de Santa Tecla y la Casa Palacio de los Sanç de Sorió, que se mantienen en situación de riesgo por su precario estado de conservación.

La chimenea más alta de la C. Valenciana

La emblemática papelera San Jorge alberga la chimenea industrial más alta de la Comunitat Valenciana, que tiene 50 metros de altura y se encuentra algo dañada en su parte más alta. La factoría se construyó en la década de 1930 y fue fundada por el empresario Gregorio Molina. Empleó a cientos de personas y transformó la economía local de Xàtiva hasta que entró en decadencia en los años 60, aunque todavía mantuvo su actividad casi residual con otros dueños hasta 1992.

Las diferentes construcciones de la papelera San Jorge presentan riesgo de colapso y se ubican en dos parcelas urbanas segregadas que suman una superficie 65.000 metros cuadrados. El complejo tiene dos chimeneas construidas en ladrillo, un molino y una fábrica de luz, y no cuenta con ninguna protección específica. En febrero, el Ayuntamiento de Xàtiva envió sendos requerimientos a los actuales propietarios instándoles a desplegar una serie de actuaciones de mantenimiento y conservación dirigidas a garantizar la seguridad en su seno en un plazo «improrrogable» de 30 días.

La primera de las órdenes de ejecución que aprobó la junta de gobierno el 23 de enero iba dirigida a la constructora local que hace unos años se quedó con las naves centrales y una pequeña superficie del recinto para el acopio de de materiales. La segunda orden se envió a la Sareb, dueña de otra porción de superficie industrial. A finales de diciembre la arquitecta técnica municipal y el arquitecto municipal emitieron un informe en el que advirtieron de la degradación progresiva del complejo y confirmaron la situación «precaria y ruinosa» de la «totalidad de las construcciones que componían la Papelera San Jorge».

La propiedad, además, no está delimitada en su perímetro, lo que facilita el acceso desde la vía pública a los viandantes de todas las edades a los restos de las edificaciones, «con el peligro que esto supone». Este escenario también da pie a que se acumulen escombros, elementos impropios y basuras «por todas partes», según ahonda el informe.

Los técnicos señalaron como «urgentes» dos intervenciones a ejecutar por los dueños. Por un lado debería revisarse el vallado perimetral del recinto para garantizar que ningún intruso se pueda colar en el interior del mismo y, por otro, tendrían que comprobar la situación de estabilidad estructural de las edificaciones de la papelera, «procediendo a actuar en consecuencia, demoliendo todas las construcciones ruinosas, retirando los elementos impropios y los escombros y dejando toda la zona limpia y en condiciones óptimas para evitar accidentes peligrosos que se puedan generar dentro del recinto».

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Tramos de muralla pendientes de rehabilitación

El listado de patrimonio en peligro también ha incorporado los tramos de la muralla de Levante que se encuentran "en precario estado de conservación". Si bien parte del trazado ha sido sometidos a una rehabilitación integral, como la Torre del Sol en 1998, la fábrica que predomina en las murallas es el tapial árabe, un elemento "muy susceptible a la erosión por los factores meteorológicos si no está debidamente consolidado", recalca la ficha de la asociación conservacionista.

"La falta de mantenimiento continuado ha ocasionado que la vegetación crezca en los lienzos de la muralla, acelerando el proceso de erosión de las murallas", añade la descripción de la base de datos, que también apunta al estado "ruinoso" de tres torreones de la muralla, declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

En octubre, el Ayuntamiento de Xàtiva anunció la inminente adquisición de dos de estos torreones, los únicos que continúan siendo de propiedad privada, con el objetivo de invertir en su rehabilitación. A día de hoy continúan las negociaciones entre el consistorio y los propietarios para fijar el precio de venta. Aunque había un acuerdo inicial, las conversaciones encallaron. Desde la corporación municipal confían en que terminen llegando a buen puerto para garantizar la compra en la próxima incorporación de remanente al presupuesto de 2023.

Según expone la información contenida en la ficha de Hispania Nostra, las murallas de Xàtiva llegaron a ser las más extensas de Valencia en la época de los reinos de taifas,, con un recorrido de tres kilómetros. Esta construcción constata el valor estratégico que tenía la ciudad de Xàtiva como plaza fuerte. Respecto al tramo de las murallas de Levante, fueron reedificadas durante el periodo almohade (1117). Posteriormente se construyó la Torre del Sol en 1210. En 1287, tras la toma de Xàtiva por las tropas de Jaime I, se procedió a su reparación. A lo largo de los siglos siguientes, las murallas sufrirán contratiempos que perjudicarán su estado, como el incendio de Xàtiva de 1707 o los terremotos de 1748, pero a su vez continuaron siendo reparadas y mantenidas, siendo la última reparación durante la primera guerra carlista (1838).

La muralla situada en el extremo oriental de la ciudad limitaba con el antiguo convento de Montsant intramuros y con el de San Onofre el Viejo extramuros. Su función era unir el castillo Menor (ubicado en la Penya Roja) con la ciudad hasta el torreón de la Pólvora, protegiendo Xàtiva. La fábrica de la muralla es heterogénea, a causa de las múltiples intervenciones a lo largo de la historia.

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