Ontinyent y Agullent endurecen las sanciones por vertidos tras crecer la contaminación del Clariano

Los ayuntamientos impulsan nuevas ordenanzas que refuerzan los controles y establecen multas de hasta 3.000 euros para las industrias que incumplan los permisos

La depuradora compartida entre Ontinyent y Agullent.

La depuradora compartida entre Ontinyent y Agullent. / PERALES IBORRA

Sergio Gómez

Sergio Gómez

El ingreso del Clariano en la lista negra de ríos que no alcanzan el buen estado químico por la excesiva carga de metales pesados en su seno ha desembocado en la adopción de medidas para frenar su deterioro.

Los ayuntamientos de Ontinyent y Agullent, que comparten la gestión de la depuradora de aguas residuales (EDAR), se han coordinado para actualizar sus desfasadas ordenanzas en los mismos términos con el objetivo de reforzar el control sobre las industrias más contaminantes y pestilentes de la zona, poniendo en marcha un régimen sancionador que permite castigar las malas prácticas con multas que oscilan entre los 750 euros y los 3.000 euros.

La ordenanza hasta ahora en vigor en Ontinyent databa de hace 20 años

La corporación municipal de Ontinyent acaba de aprobar de manera definitiva una nueva normativa reguladora del uso de la red de alcantarillado que sustituye la antigua ordenación en vigor desde hace 20 años y que, según explicó en el pleno la regidora de Medio Ambiente, Sayo Gandia, "se ajusta al contexto actual", al adaptarse a los cambios legales, a los nuevos tipos de actividad, al aumento de la industrialización y a las mejoras técnicas experimentadas en los últimos tiempos.

El texto, que contiene 50 artículos, pone el foco en que la función de las entidades locales en la gestión del agua "se ha convertido en una pieza clave a la hora de prevenir su contaminación, actuando en el foco en que tiene lugar". El documento regula de manera exhaustiva, para que no haya lugar a errores, las prohibiciones y los límites que tienen que cumplir los responsables de los vertidos que se efectúan a las redes de saneamiento municipales para su posterior tratamiento, así como todo lo relativo a la obtención de las correspondientes autorizaciones, una "herramienta clave" para obligar los titulares de las evacuaciones con carga contaminante a cumplir las exigencias ambientales.

La ordenanza también introduce medidas que deberán adoptar los ayuntamientos para velar por su cumplimiento, ostentando las funciones de control e inspección de los vertidos.

Entre las infracciones señaladas como graves figura la producción de vertidos de origen industrial a la red de saneamiento sin autorización o incumpliendo las condiciones impuestas. También será motivo de sanción causar daños en el alcantarillado, descuidar el mantenimiento de las instalaciones, omitir información al ayuntamiento sobre la ejecución de obras o la generación de perjuicios higenicosanitarios.

En Ontinyent se suceden los problemas con la depuradora de una empresa textil en la antigua Colortex cuyos vertidos pestilentes provocan quejas continuas del vecindario.

Actuaciones pendientes

Entre las finalidades que se marcan los consistorios implicados destaca la protección del sistema de depuración de aguas residuales de la Edar de la entrada de cargas contaminantes que puedan ser tratadas o que tengan un efecto perjudicial para la instalaciones, junto con la necesidad de favorecer la reutilización de los fangos que se obtengan del proceso de depuración en aplicación sobre el terreno.

Los periódicos episodios de malos olores relacionados con los vertidos industriales al alcantarillado que terminan en el río Albaida también condujeron hace un año al Ayuntamiento de Albaida a promover una nueva ordenanza de vertidos muy similar. 

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) incluyó en 2022 al Clariano entre los ríos que no cumplen el buen estado químico. Sus condiciones ecológicas tampoco están dentro de los objetivos marcados, dado el retraso de las actuaciones previstas por el organismo de cuenca en los últimos años para mejorar la calidad del cauce por unos costes «desproporcionados».

Las intervenciones programadas se han prorrogado hasta 2027. Existe un proyecto pendiente de ejecutar consistente en la mejora de los sistemas de saneamiento y depuración de aguas residuales en la cuenca media del río Albaida y del río Clariano. La inversión contempla cuatro actuaciones: dos en la la red de colectores de l’Olleria y de Ontinyent y otras dos relativas a la ampliación de la estación depuradora de Alfarrasí y a la remodelación de la Edar de Benigànim. La DANA de 2019 agravó los problemas en el Clariano.

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