Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Genovés frena las obras de un colectivo religioso en medio de un cruce de denuncias

La disputa entre la Asociación Carmelitas de San José y el consistorio por la urbanización de un vial mantiene bloqueada la ampliación de la ermita y casa de acogida que la entidad ha instaurado en Pino Grande - La actividad ha generado un conflicto entre vecinos

21

Conflicto en Pino Grande Fotos: Perales Iborra

Las obras de ampliación de un inmueble transformado en ermita y casa de acogida en la urbanización de Pino Grande del Genovés han desatado un conflicto entre la Asociación Carmelitas de San José y el ayuntamiento y un cruce de denuncias entre propietarios de parcelas colindantes.  

El consistorio de la localidad ha paralizado la actuación que se estaba realizando tras emitir el arquitecto municipal un informe desfavorable a falta de que se subsane la cesión de un vial de paso en las inmediaciones cuya titularidad recae en el colectivo religioso. 

El requerimiento obliga a la asociación de carmelitas a urbanizar y a colocar aceras en el citado camino en cumplimiento de Plan General de Ordenación Urbana. Sin embargo, la entidad religiosa con sede Novetlè se niega a acondicionarlo invocando su carácter "benéfico", a tiempo que plantea ceder el vial al ayuntamiento sin urbanizarlo para evitar unos costes económicos que dice no poder asumir. 

El colectivo religioso asegura que las obras consisten en la construcción de unas escaleras exteriores para facilitar el acceso al piso de arriba del inmueble, donde indican que acogen a jóvenes sin recursos con problemas de adicciones o trastornos. La asociación no está vinculada a la orden de los carmelitas, puesto que dentro de la misma no se permite la acogida de personas, aunque en su seno hay antiguos frailes carmelitas, como es el caso del actual párroco de Novetlè, Rotglà, Annahuir, la Granja y Aiacor. 

La entidad no está vinculada a la orden de los carmelitas, puesto que esta no permite la acogida de personas

decoration

La actuación ha generado un intercambio de quejas y denuncias entre vecinos colindantes de Pino Grande que se acusan mutuamente de realizar intervenciones urbanísticas sin permiso. La asociación religiosa sostiene que las acusaciones no tienen fundamento y defiende que inició las obras con el aval del arquitecto después de haber cumplido varios trámites y de «más de dos años esperando» la licencia. «Estamos hartos de tanto papel y tanto rollo», indican. Los Carmelitas de San José achacan los problemas a una «discriminación» de la que dicen ser víctimas y culpan del bloqueo al gobierno socialista del Genovés, por «cuestiones religiosas» y por un «sentimiento anticlerical», inciden.  

Nada más lejos de la realidad según el alcalde, Pere Revert, que recalca que son los aspectos técnicos señalados por el arquitecto los que han motivado que haya un informe desfavorable a la ampliación, a expensas de que se subsanen los flecos. Revert subraya que los trabajos «tienen que cumplir el Plan General» y apunta que el consistorio está «encima del tema» porque continuamente reciben quejas de residentes de la zona que muestran su preocupación por la actividad que se desarrolla en la parcela y ven oscurantismo en las actuaciones realizadas en la ermita, que no abre al público general pero acoge oraciones y tiene una especie de campanario en el que suelen sonar las campanas. 

Al arquitecto municipal no se le permitió el paso a la ermita cuando acudió a una primera inspección. Desde el colectivo propietario se escudan en que primero tenían que recabar el permiso de la junta rectora y señalan que en una visita posterior el técnico pudo entrar y comprobar lo que se estaba ejecutando.  

«No hay nada que esconder»

La asociación religiosa asegura que no tiene nada que esconder, defiende que está legalmente constituida como tal y que ha acogido a más de 52 jóvenes, a tiempo que dice ser víctima de «acoso» de los vecinos de una vivienda, a los que circunscriben el conflicto. «Dicen que somos una secta, cuando es mentira. Tenemos esta casa de acogida para personas con depresión y otros problemas. Vienen, están aquí unos días, les atendemos, les damos de comer y se van. Todo es sin ánimo de lucro, no cobramos nada», mantienen. El colectivo, que sí que pide donaciones para financiarse, espera que con el nuevo ayuntamiento «haya una relación buena y podamos entendernos».  

Compartir el artículo

stats