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La CHJ eliminará toneladas de peces por la degradación del agua de la presa de Bellús

El organismo de cuenca ensaya un método novedoso para reducir el elevado nivel eutrofización del embalse, en buena medida producido porque la población piscícola que habita en su seno es diez veces superior a la considerada normal

Las aguas del embalse de Bellús, con la población de Benigànim al fondo.

Las aguas del embalse de Bellús, con la población de Benigànim al fondo. / PERALES IBORRA

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

La mala calidad de las aguas del embalse de Bellús es una problemática histórica que ha generado multitud de quejas en los pueblos del entorno por las molestias que lleva aparejadas. A la alta carga de residuos contaminantes que llegan a la presa a través de las escorrentías se suma una sobrepoblación de peces que deteriora el enclave por la abundancia anormalmente elevada de nutrientes en su seno, lo que redunda en un estado altamente eutrofizado del ecosistema acuático.

Los estudios desarollados por un equipo multidisciplinar de profesionales de toda España concluyeron que la biomasa piscícola que contiene el embalse es diez veces superior a la que se consideraría normal para una concentración de agua de estas características. En su seno se han contabilizado alrededor de 45 toneladas de peces y lo habitual sería que el peso de la fauna marina rondara las 3 o 4 toneladas como mucho.

Para intentar poner remedio a esta situación, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha comenzado a ensayar un proyecto piloto que pretende reducir considerablemente la cantidad de animales que habitan ocultos bajo la superficie del agua embalsada.

La de Bellús no es la única presa de la demarcación del Júcar que presenta un elevado grado de eutrofia. Si los resultados que se obtienen con la iniciativa de eliminar peces son efectivos en el enclave de la Vall d'Albaida, la intención del organismo regulador de cuenca es exportarla a otros embalses bajo su gestión.

De momento, la CHJ ha sacado a concurso público un contrato de servicios por importe de 216.928 euros para encargar la experiencia piloto que se desplegará en Bellús a una consultoría en ingeniería medioambiental. El procedimiento abierto iniciado este jueves pone especialmente el foco en los embalses incluidos en el Plan Especial de sequía, y en concreto se ha seleccionado esta infraestructura, creada para controlar avenidas y evitar inundaciones, porque se halla en una situación "más vulnerable" que el resto.

Al ser un método novedoso, si resulta ser beneficioso podría compartirse también más adelante con otras demarcaciones hídricas

El objetivo del contrato, que cuenta con un plazo de ejecución de dos años para llevarse a término, es valorar si la herramienta del descaste de peces puede resultar eficaz como una medida para mejorar el grado de eutrofia de determinados embalses de la demarcación. Al tratarse de un método novedoso, si resulta ser beneficioso podría compartirse también más adelante con otras demarcaciones hídricas. La ingeniería que resulte adjudicataria del servicio deberá elaborar un informe con los resultados sobre la cantidad de peces eliminados, así como una evaluación del estado de la presa de Bellús antes de la actuación y después, en cuanto a su estado eutrófico se refiere. Las consultoras que quieran optar al contrato tienen hasta el 6 de septiembre para presentar sus ofertas.

El pasado mes de marzo, la Confederación Hidrográfica del Júcar reafirmó su compromiso de mejorar el estado de la calidad de las aguas del embalse de Bellús con una batería de actuaciones que suponen una inversión de más de 25 millones de euros tanto aguas arriba de la presa, como en su interior y aguas abajo de la misma.

Entre los trabajos a desplegar destaca la instalación de nuevos colectores en Ontinyent y l'Olleria, la construcción de un tanque de tormentas en Benigànim y la ampliación de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Alfarrasí, ante la contaminación que llega al embalse procedente de las industrias de la zona. Los cuatro proyectos ya están redactados y cuentan con un presupuesto conjunto de 20 millones de euros.

Para disminuir la eutrofización de la presa también se baraja el dragado de dos zonas concretas localizadas con acumulación de materia orgánica y nitratos. De forma paralela, la CHJ instaló un dron-barco para monitorizar de forma automática la calidad del agua, un moderno sistema que envía datos permanentes sobre temperatura, oxígeno, conductividad, PH o clorofila. Una información que ayuda a mejorar el conocimiento sobre el estado actual y sobre la evolución de calidad del embalse a lo largo del tiempo, a tiempo que servirá para saber si los despesques son eficientes y se traducen en la mejora del ecosistema acuático.

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