El proyecto de la presa de Montesa avanza y entra en la fase de evaluación ambiental

La infraestructura diseñada para prevenir inundaciones podrá embalsar hasta 45 hectómetros cúbicos de agua en una superficie de 320 hectáreas de terrenos en caso de riadas

Crecida del río Canyoles en la DANA de 2019

Crecida del río Canyoles en la DANA de 2019

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

El proyecto de la gran presa de laminación de 56 metros de altura promovida por el Gobierno entre los términos municipales de Montesa y Vallada para prevenir inundaciones en la Ribera y la Costera continúa su tramitación a pesar de las dudas sobre su viabilidad técnica que se plantearon hace unos meses en el proceso de aprobación del Plan Antiinundaciones del Júcar, y del rechazo que la infraestructura suscita entre los ayuntamientos afectados y las asociaciones ecologistas de la comarca. 

La construcción del embalse ha entrado en la fase de evaluación de impacto ambiental por parte del Ministerio de Transición Ecológica tras ser asignado el expediente a un consejero. La propuesta registrada por la Dirección General de Agua se someterá a la tramitación ordinaria para examinar las afecciones que comportará antes de recibir luz verde del organismo medioambiental. En virtud de la normativa estatal, eso significa que el procedimiento de evaluación podrá alargarse durante un plazo máximo de cuatro meses, prorrogables por dos meses más por razones justificadas.

La redacción del proyecto de la presa de Montesa y Vallada fue adjudicada en julio de 2022 por un montante de 878.000 euros a la UTE formada por las ingenerías Control y Geología, S.A.- CYGSA- Seguridad de Presas, S.A, cuya oferta rebajó un 40% el precio inicial de licitación del contrato, de 1,4 millones de euros.

El embalse de la Costera, que según la programación podría comenzar a ejecutarse en 2027 para ponerse en marcha en 2033, es uno de los tres que se encuentran en proyecto o en construcción en toda España, junto al promovido por la Junta de Castilla y León en la provincia de Palencia una superficie de 10,9 hm3 para regadío y el que se está levantando a instancias de la Confederación Hidrográfica del Ebro en Almudévar, que acumulará hasta 169,71 hectómetros cúbicos de agua.

En su estado normal la presa ocupará 67,38 hectáreas y almacenaría 5,29 hm3 de agua pero su capacidad puede alcanzar las 45 hm3

El de Montesa y Vallada se ha diseñado con capacidad para almacenar hasta 45 hm3 en caso de una gran avenida histórica con un caudal punta de 4.173 m3/segundo, un volumen inferior al de Bellús, que puede retener hasta 69 hm3. En una situación de emergencia, el embalse podría llegar a ocupar 320 hectáreas de terrenos y desaguar hasta 1.730 metros cúbicos por segundo, si bien en su estado normal la superfície útil ocupada sería de 67,38 hectáreas y "solo" almacenaría 5,29 hm3 de agua, el equivalente a 5.290 millones de litros. De esta forma, al llegar las avenidas, la presa estará prácticamente vacía y comenzará a llenarse, evitando las riadas periódicas que afectan no solo a los ríos Canyoles y Albaida, sino a todo el tramo bajo del Júcar.

El diseño de la presa de Montesa (el perímetro azul marca hasta donde llegaría el agua si alcanza el nivel máximo de embalse)

El diseño de la presa de Montesa (el perímetro azul marca hasta donde llegaría el agua si alcanza el nivel máximo de embalse)

Los redactores del proyecto han efectuado trabajos de reconocimiento del terreno y actualización de la topografía, a tiempo que ha practicado un estudio sismotécnico, uno de impacto ambiental y un análisis de alternativas. En su oferta, la UTE redactora del proyecto se comprometió a plantear diversas soluciones para minimizar impactos y a poner el foco en los servicios que se verían afectados, como la depuradora de Vallada o el Azud de la Acequia dels Juncars, entre otros. También se ha barajado posibilidad de proyectar unos desagües independientes a los de fondo, que permitan una regulación más controlada para poder suminsitrar caudales ecológicos, así como de disponer de compuertas en los desagües de medio fondo para incrementar el efecto laminador de la presa.

Igualmente, el equipo redactor se ofreció a evaluar los efectos que puede tener el cambio climático de cara a futuras avenidas y ha usado drones para conseguir información precisa y avanzada de carácter topográfico y geológico.

Conectividad fluvial

Como publicó este diario en diciembre, un informe de la dirección de la Dirección General de Evaluación Ambiental del Ministerio de Transición Ecológica advirtió de que la construcción de la presa podría "empeorar gravemente la conectividad fluvial" por el efecto barrera del embalse en un tramo natural valioso del río Canyoles -que tendría que ser desviado- junto al paraje natural municipal del Barranc de la Fosch de Montesa, que incluye hábitats de especies protegidas y amenazadas.  

La presa, que se considera vital por razones de interés público para evitar el riesgo asociado a las inundaciones, suscitó una «contestación significativa» durante la fase de participación pública, con número elevado de alegaciones en contra de su ejecución tanto de particulares, pero también de los ayuntamientos de Montesa y Vallada y de asociaciones como Acció Ecologista Agró o Xúquer Viu, que manifiestan la necesidad de buscar alternativas que permitan proteger el territorio frente a las inundaciones, pero basadas en medidas naturales de retención de aguas.

Agró ha denunciado también la falta de transparencia respecto al proyecto del embalse, puesto que se les ha denegado la personación en el expediente, una decisión que el colectivo ecologista estudia recurrir.

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