El último alfarero de Canals

Ricardo Micó continúa el negocio artesanal que inició su abuelo hace más de un siglo y no tiene relevo

Una exposición permanente rescata del olvido y pone en valor el legado de una industria que vivió una época dorada en la localidad

En el taller del último alfarero de Canals

Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

Ricardo Micó Calatayud asume con resignación su condición de último exponente de un oficio que desaparecerá con él en cuanto baje para siempre la persiana de su taller. Hasta el siglo XIX, la alfarería fue uno de los principales motores económicos de Canals. En 2024, Micó es el único que sigue dedicándose profesionalmente a la fabricación artesanal de objetos hechos con arcilla.

Sus creaciones y las de su padre -ya jubilado- han nutrido en buena medida la exposición permanente de alfarería tradicional canalina que el pasado sábado se estrenó en el edificio de l'Almàssera de Canals con el impulso de la asociación cultural La Pebrella y el apoyo del ayuntamiento de la localidad. La muestra rescata del olvido, a tiempo que salvaguarda y pone en valor el legado de una industria que floreció con mucha intensidad en el municipio antes de la aparición de los instrumentos metálicos y de aluminio. La llegada del plástico fue su estocada definitiva.

Desde su humilde fábrica a las afueras del pueblo, Ricardo Micó hijo mantiene viva la antigua técnica del modelado con torno para atender los encargos. "Lo que más hacemos son cazuelas al horno; también tapas de barro para ollas y puntualmente algunos bebederos y lebrillos", explica el alfarero, que también ha confeccionado ex profeso algunas piezas antiguas que ya no se fabrican para la muestra permanente instalada provisionalmente en la antigua almazara.

Micó continúa una saga familiar dedicada al oficio artesanal que se remonta a 1915, cuando su abuelo comenzó a trabajar como alfarero después de aprender la técnica en Barcelona. En los años 30 le tocó la lotería y compró una fábrica.Tanto su padre como él han continuado manufacturando hasta hoy. "Antiguamente se modelaba sin motor; mi padre se enseñó pegando patadas a la rueda, y teníamos un molino para hacer el barro, que ahora nos lo traen empaquetado", cuenta el artesano.

Hasta la década de 1980, la familia Micó tenía el taller dentro del pueblo, pero en los 80 lo trasladó a las afueras porque tenían dos hornos morunos en el núcleo urbano "y la gente se quejaba por el humo", puesto que "tardaba tres días en quemar de noche y día". Más adelante, comenzaron a quemar con leña y gasoil.

"Pago la cuota de autonómo y poco más"

Ricardo tiene claro que sus hijos -uno es ingeniero y el otro está estudiando- no recogerán su testigo y él tampoco quiere que lo hagan. Nadie más en el pueblo seguirá trabajando el torno. "Este es un oficio que cuesta mucho de enseñar, que no tiene futuro y no es rentable porque no se puede competir con la fabricación en serie: si una máquina hace 2.000 productos cada día yo puedo hacer 20. Hay muy poca demanda y no puedes poner el precio caro porque no se vende", reflexiona.

El alfarero, que tiene un puesto fijo todos los años en la Fira d'Agost, asegura que el trabajo le da "para pagar la cuota de autónomo y poco más" y algunos meses no saca "ni para pipas", incide.

La muestra permanente atesora medio centenar de piezas de alfarería tradicional de Canals

Paco Tormo, expresidente de la Pebrella y promotor de la exposición permanente de alfarería tradicional de Canals, confía en que más pronto que tarde el proyecto abandone la sede provisional de la antigua almazara para establecerse en un museo en condiciones sobre la historia local.

La muestra, que atesora medio centenar de piezas de todo tipo, así como una serie de fotografías de los Micó en plena faena, se quedó pendiente de materializarse al finalizar la pasada legislatura. "Fabricamos las piezas que faltaban para la colección de alfarería y el ayuntamiento las compró. Una vez pasadas las elecciones, se lo planteamos al nuevo equipo de gobierno, que ha colaborado de forma muy ilusionante", subraya Tormo. Al igual que lo han hecho los Micó, padre e hijo. 

Tracking Pixel Contents