Medio Ambiente afirma que tomará medidas para minimizar el impacto de la planta de biogás en Llutxent

La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio se suma a la postura del Ayuntamiento de Llutxent para implantar medidas correctoras que minimicen el impacto de la planta de residuos ubicada a menos de 2 kilómetros del municipio. Los vecinos llevan más de un año padeciendo fuertes olores y el tránsito de sesenta camiones diarios cargados con restos agroalimentarios y se manifestarán en las calles el próximo sábado 19 por la tarde.

Jorge Blanco, director general de Calidad y Educación Ambiental, ha asegurado que existen «soluciones viables para reducir los efectos de la actividad». En este sentido, el director general ha abogado «por hacer compatible la actividad de la instalación con la convivencia con los vecinos y el entorno».

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Blanco ha confirmado que se reunirá el próximo martes con la alcaldesa de Llutxent, Xaro Boscà, para abordar las posibles medidas correctoras que se pueden llevar a cabo en una instalación «que producirá biogás para autoconsumo de una forma limpia y utilizando recursos de la industria agroalimentaria del entorno». «El objetivo es minimizar el impacto y nos comprometemos a ello», ha remarcado.

Por su parte, la alcaldesa aseguró a este diario que intentará «una negociación a tres bandas» con la Conselleria y con la empresa de la planta de biogás, Abonos Orgánicos Montagut, para que, en caso de que no se aprobaran las inspecciones, se procediera a la negociación para la reubicación de la planta.

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«La instalación de Llutxent, que opera desde hace años produciendo biofertilizantes, cuenta desde 2022 con la Autorización Ambiental Integrada otorgada por la Generalitat para ampliar su actividad, así como los permisos municipales correspondientes», ha remarcado el director general. De la misma forma, ha subrayado que el actual Consell «velará por un correcto funcionamiento».

Mientras tanto, los vecinos siguen quejándose: «No podemos abrir las ventanas», «esto es así las veinticuatro horas del día», «los olores nos producen migrañas e irritación de garganta», «los turistas que vienen dicen que ya no volverán más», «los niños de la escuela tienen que aguantar el hedor», comentan los habitantes de esta localidad de casi 2.500 habitantes. «Sabemos que el biogás es muy bueno, que es una energía renovable, que elimina residuos... pero es que está a menos de dos kilómetros del pueblo, está demasiado cerca», explica la asociación Salvem Llutxent. Respirem a este diario.