Medio Ambiente modificará la Autorización Ambiental de la planta de Llutxent para «minimizar» su impacto

La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio se ha comprometido a modificar la Autorización Ambiental Integrada para reducir el impacto ocasionado por la actividad de la planta de residuos de Llutxent. Así lo ha confirmado Jorge Blanco, director general de Calidad y Educación Ambiental, que ha asegurado: «Con la modificación de la autorización, que se comenzará a tramitar esta misma semana, se podrá minimizar el impacto ocasionado a la población». El director general ha abogado «por hacer compatible la actividad de la instalación con la convivencia con los vecinos y el entorno».

Blanco se ha reunido este martes con la alcaldesa de Llutxent, Xaro Boscà, así como con diferentes representantes del comité de seguimiento, para abordar las posibles medidas correctoras que se pueden llevar a cabo en la instalación. «Nuestro objetivo era minimizar el impacto y hemos pactado con el ayuntamiento la fórmula», ha remarcado Blanco.

Pendientes de la primera inspección

Con esto, desde la conselleria se refieren a que estudiarán la modificación de dicha autorización una vez se haya hecho la primera inspección de la planta de biogás, programada para este viernes. Las medidas correctoras que se plantearían en caso necesario serían, por ejemplo, el cerrado de la instalación o la colocación de filtros para los malos olores de los que los vecinos llevan meses quejándose.

La planta de Llutxent, que opera desde hace años produciendo biofertilizantes, cuenta desde 2022, además de con los permisos municipales correspondientes, con la autorización otorgada por la Generalitat. «Esta autorización es la que va a ser revisada para poder conciliar la vida de los habitantes del pueblo con el funcionamiento de la empresa», ha concluido Jorge Blanco.

El pasado sábado, los vecinos de Llutxent, agrupados en torno a la asociación «Salvem Llutxent. Respirem» y con el apoyo del equipo de gobierno municipal, se manifestaron por las calles en un recorrido que reunió a aproximadamente mil personas que abogan por la reubicación de la planta como «única solución», ya que, aunque se tomaran medidas correctoras para los olores, «el tránsito de sesenta camiones diarios o más por el pueblo seguirá, con los riesgos y molestias que implica». La próxima manifestación tendrá lugar el 7 de diciembre, cuando se llevarán las demandas directamente a las puertas de la Conselleria de Medio Ambiente para insistir en el traslado de la planta.