OPINIÓN | MATISOS DISCORDANTS
El turismo que conecta
Antonio Martín Llinares
Con motivo de la exposición temporal del cuadro “Magdalena Penitente” del pintor universal Josep de Ribera (Xàtiva 1591- Nápoles 1652) que se ha podido ver estos días en el Museo Municipal de Bellas Artes de Xàtiva, gracias a la iniciativa conjunta, bajo el lema “El arte que conecta”, del Museo del Prado y la Fundación Telefónica, se organizaron una serie de visitas guiadas que tuvieron lugar durante cuatro sábados, por la tarde, de los meses de septiembre y octubre, a las 16:40 y a las 17:15 horas.
Y se ha podido constatar una buena afluencia de personas a estas visitas vespertinas y también el interés por visitar el Museo de muchas personas que visitaron la ciudad durante esos fines de semana y que se adentraban, a esas horas de la tarde, para contemplar la obra maestra del “Espagnoleto”, pero también las interesantes obras y colecciones del museo setabense. Contrasta este hecho con las disfunciones del horario anual habitual de apertura de esta pinacoteca municipal, que alberga cuadros en depósito del Museo del Prado, en atención a ser la ciudad la patria chica de Ribera, junto al del resto de museos municipales de Xàtiva, que cierran todas las tardes durante la temporada alta estival en España, entre los meses de junio y septiembre, y en otros periodos festivos.
El atractivo turístico de exposiciones de obras maestras de ámbito nacional e internacional es indudable y el ejemplo, ya hace años en Xàtiva de la exposición “Lux Mundi” de la Llum de les Imatges, abierta en la ciudad, entre el 2 de abril de 2007 y el 27 de enero de 2008, que recibió un total de 574.232 visitantes, la mayor cifra de todas las exposiciones de esta serie en toda la Comunitat Valenciana, con 4.000 visitantes como cifra máxima de visitas diarias, registrada el día de la clausura de la muestra, sigue siendo una referencia válida que demuestra que la calidad de un producto turístico asociado a un destino de valor es la que genera flujo de visitantes.
La respuesta, en número de visitas, suele ser proporcional a la importancia, referencia y valor de lo expuesto, por ello los destinos han de atender, al mismo tiempo que captan este tipo de exposiciones, a la habilitación de su infraestructura turística, la ampliación de los horarios y servicios, velar por una adecuada accesibilidad y cuidar hasta el mínimo detalle para satisfacer al visitante y que éste decida volver a visitarlo en otra ocasión para conocer toda la oferta y posibilidades.
En este sentido, si el Museo Municipal es capaz de atraer visitantes con motivo de una excepcional exposición de una obra de Ribera, no puede encontrarse después el visitante que quiera recorrer sus salas habilitadas en la barroca y restaurada Casa de la Ensenyança sin la señalización de un itinerario pensado para ello, sin paneles sobre las principales épocas, ni una implementación de narraciones personalizadas, descriptivas, amenas y didácticas, especialmente de hitos tan destacados como el depósito del Museo del Prado -privilegio de pocas ciudades españolas y sin promoción turística durante años-, las obras del taller y copias de Ribera, los grabados de Goya o el famoso cuadro boca abajo de Felipe V. La descontextualización en la ubicación de la magnífica cruz de término gótica -en un lugar de recreo en el que estuvo durante años la desaparecida fuente que tuvo el edificio-, de los restos de la capilla Borja de la Colegiata o del artesonado mudéjar, lejos de coetáneos arcos y yeserías árabes que quedaron en el anterior edificio del museo, así como los indicadores informativos de las obras, pequeños, de difícil lectura, no accesibles y parcos en datos, y la ausencia de las nuevas tecnologías, audiovisuales y multimedia en un museo del siglo XXI siguen sin ser admisibles.
Y, en cuanto a la recuperación de buenos servicios, como el del trenet turístico, su habilitación tiene que poseer la flexibilidad de permitir una completa información al visitante sobre horarios y tarifas, tanto en el punto de salida, aunque la oficina de turismo se encuentre cerrada, a través de un display informativo o un mostrador portátil atendido, como durante el servicio y sobre exposiciones temporales destacadas en los recursos monumentales y museísticos junto a los que transita. La información sobre la duración del recorrido, las paradas que hace, la frecuencia de viajes sobre audioguías en varios idiomas, la posibilidad de viajes para grupos o colegios o una buena información de contacto son algunos de los aspectos imprescindibles para un buen servicio que contribuirá a hacer de la visita a Xàtiva una experiencia para recordar y para recomendar.
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