Los regantes del Benicadell se blindan contra la sequía con una balsa de 320 millones de litros y una inversión de 12,5 millones

Las comunidades de Bèlgida, Otos y Carrícola buscan paliar el histórico déficit hídrico que sufren con un proyecto estratégico de modernización del regadío sobre 1.000 ha de cultivos que costará 12,5 millones

Campo de cultivos en Bèlgida, con la población al fondo.

Campo de cultivos en Bèlgida, con la población al fondo. / Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

Las comunidades de regantes de la Vall d'Albaida que se nutren de los pozos de agua subterránea situados en la Sierra del Benicadell quieren desplegar una inversión de 12,5 millones de euros para remediar su histórica falta de capacidad de almacenamiento, que conlleva un déficit hídrico en periodo estival, especialmente agravado en épocas de sequía como la que se ha vivido este año, marcado por las restricciones en el riego.

La iniciativa surgida de la unión de las comunidades de riego de Bèlgida, Otos y Carrícola, junto a la SAT Pou del Sentit (agrupadas bajo la marca de la Comunidad General de Regantes Ombría del Benicadell) ha cristalizado en un proyecto de inversiones estratégicas con financiación pública que se encuentra en fase de evaluación de impacto ambiental por parte de la Generalitat, con el propósito de modernizar y mejorar el regadío de una zona de 1.033 hectáreas de cultivos donde predominan los frutales y los viñedos.

Las mencionadas entidades cuentan con depósitos de cabecera compartidos con sus ayuntamientos que se usan también para el abastecimiento urbano. En época estival, los bombeos de agua funcionan sin descanso debido a que no hay agua almacenada, lo que provoca un alto consumo energético para las comunidades, junto con el descenso de los niveles de los pozos. De esta manera, el proyecto hace hincapié en el desaprovechamiento de los recursos existentes en la comarca, dado que no hay una optimización de los mismos.

Los regantes de la zona tampoco disponen actualmente de válvulas para limitar el suministro en periodos de escasez hídrica, mientras que la infraestructura y los cabezales de riego se encuentran obsoletos y en mal estado.

Entre las obras proyectadas por los comuneros destaca la construcción de una balsa con capacidad para almacenar 320 millones de litros de agua, de acuerdo con las necesidades para el riego de toda el ámbito de gestión. También se plantea la ejecución de tres nuevos depósitos de cabecera para uso exclusivo de las redes de riego (uno de Otos, otro de Bèlgida y otro de Carrícola), lo que permitiría liberar los ya existentes para el abastecimiento de la población.

Desde estos nuevos depósitos se construirán nuevas tuberías con una longitud total de 12,6 kilómetros para conducir el agua de riego directamente a la balsa de almacenamiento, de forma que funcionen de manera independiente sin interferir con el funcionamiento de las redes de riego, las cuales se reorganizarán para operar de forma conjunta y con una mayor optimización.

Objetivo: optimizar los recursos disponibles

Además, se proyecta la instalación de cabezales de filtrado, de 19 caudalímetros ultrasónicos para controlar los caudales de entrada y salida y de válvulas monitorizadas, junto a la colocación de sondas de presión en los puntos críticos de la red y de sondas para monitorizar las balsas o la puesta en marcha un sistema de gestión integral informatizado e inteligente para llevar un seguimiento de todo el proceso de regadío.

El objetivo de las actuaciones pasa por optimizar el uso de los recursos disponibles, distribuyendo de modo racional, interconectando las infraestructuras de regadío e incrementando la capacidad de regulación estacional para acumular los excedentes durante los periodos menor demanda con tal de tenerlos disponibles en los meses de máximas necesidades. También se reducirá la pérdida de agua por evaporación en los elementos de almacenamiento.

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