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Una nueva vida para el corazón histórico de Xàtiva sin ruido hasta las tantas

La limitación horaria impuesta a los pubs del Mercat coincide con la proliferación de proyectos de alojamientos turísticos que rehabilitan edificios en desuso en el histórico enclave y aportan otro enfoque al modelo de la plaza

Una imagen veraniega de la Plaça del Mercat de Xàtiva, con gente en las terrazas.

Una imagen veraniega de la Plaça del Mercat de Xàtiva, con gente en las terrazas. / Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

Hubo un tiempo en que la emblemática plaza del Mercat fue el corazón comercial de Xàtiva, una escuela de «botiguers» que atraía clientela de todos los rincones de la ciudad. Con el paso de las décadas, sin embargo, los locales comerciales han ido bajando las persianas hasta convertirse en una especie en peligro de extinción en el epicentro del centro histórico, hoy dominado por los establecimientos hosteleros y de ocio nocturno. 

Pasear por la plaza y su entorno en estos últimos fines de semana del año permite comprobar el tremendo predicamento que despierta como foco principal del tardeo y la fiesta entre personas de todas las edades, que llenan hasta altas horas de la madrugada el espacio urbano, declarado Zona AcústicamenteSaturada (ZAS) en 2015.

Pero las costumbres cambian y el Mercat está a un paso de vivir una transformación. El Ayuntamiento de Xàtiva acaba de aprobar esta semana un paquete de medidas para reducir el ruido después de que una sentencia haya condenado a la administración local por la vulneración de derechos fundamentales de los vecinos, que denunciaron un volumen de decibelios muy superior al permitido, en ocasiones hasta las cuatro de la madrugada, cuando los últimos noctámbulos suelen abandonar el lugar. 

Una vez las nuevas restricciones entren en vigor, a la espera de su inminente publicación en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), ningún local podrá permanecer abierto en la plaza más allá de las 1.30 horas y los eventos en directo se verán recortados. La norma afecta especialmente a los dos pubs del enclave, que deberán readaptarse y seguir a rajatabla el mismo horario que ya se aplicaba para el resto de bares y negocios de copas.  

Esta regulación coincide en el tiempo con la proliferación de proyectos de alojamientos turísticos en la plaza y su entorno, que favorece un cambio de modelo al abrir la puerta a nuevas vías alternativas de negocio para rehabilitar inmuebles antiguos abandonados y aportar dinamismo al Mercat. Destaca la iniciativa de un inversor suizo que ha adquirido la histórica Casa Floro —un antiguo y afamado local de comida casera cerrado desde 2015—, que se convertirá en un hostal siguiendo el modelo de «bed and breakfast» (cama y desayuno en castellano).

El edificio  ocupa una extensión de 332 m2 en un lugar privilegiado de la plaza. La idea del promotor es abrir de cara a la campaña de Navidad del año que viene, acondicionando una cafetería en la planta baja y entre cinco y nueve habitaciones en las plantas superiores. Fuentes municipales confirman al menos otras dos propuestas de alojamientos turísticos pegadas al Mercat.Por un lado, el edificio del antiguo pub Café Saiti se está transformando íntegramente para dar acomodo a seis apartamentos turísticos, mientras que en la calle Noguera hay otro bloque de edificios donde se proyectan más alojamientos.

Otro enfoque

Este tipo de propuestas han cobrado especial relevancia al ofrecer la posibilidad de dar otro enfoque al Mercat tras la sentencia que castigó al ayuntamiento por el ruido en la zona, que paradójicamente se observa ahora como una oportunidad de revalorizar el enclave. El equipo de gobierno ha accedido a todas las demandas de los vecinos denunciantes y no ha cuestionado el fallo en ningún momento.  

Las medidas en el Mercat se han topado con la oposición de los empresarios

Pero los cambios en el Mercat se han encontrado resistencias por parte de los empresarios de los locales de hostelería y ocio nocturno de la zona. La asociación que los agrupa, Gent del Mercat, asegura que las medidas aprobadas por el ayuntamiento perjudican a sus negocios e incluso ponen en peligro su existencia, por lo que anuncian que van a actuar «con todas las herramientas legales» para defender «un modelo económico que funciona desde hace más de 30 años en la zona más deprimida de la ciudad» . Aseguran que el modelo de área urbana de la ZAS que se pretende implantar «debe ser consensuado con los empresarios, vecinos y resto de ciudadanos usuarios de este espacio emblemático». 

Mientras tanto, los vecinos del entorno del Mercat piden más presencia policial y siguen denunciando el incivismo que se encuentran los fines de semana, cuando los orines, vomitonas, botellones y actos vandálicos están a la orden del día en las calles. 

Otras voces advierten de los efectos del turismo desbocado y reclaman iniciativas orientadas a hacer el centro histórico habitable para los residentes locales. n

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