La Canal de Navarrés se convierte en un santuario para los retiros espirituales

Los centros de silencio, yoga y meditación experimentan una eclosión en los montes de la comarca en pleno auge de la búsqueda de experiencias de bienestar interior alejadas del estrés y el ruido cotidianos

Danza de mujeres en el final de un retiro de yoga en el Jardín de Selda de Navarrés.

Danza de mujeres en el final de un retiro de yoga en el Jardín de Selda de Navarrés. / Levante-EMV

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Xàtiva

La búsqueda de silencio se ha convertido en el santo grial de las sociedades contemporáneas. Frente a un mundo cada vez más acelerado donde el estrés, los estímulos constantes de la tecnología y el apabullante ruido dominan cada aspecto de la vida cotidiana, no es de extrañar que los retiros espirituales estén en auge.

Los extensos montes de la Canal de Navarrés, con sus enclaves idílicos, se han convertido en un auténtico santuario para aquellos que, guiados por el anhelo de un mayor bienestar interior, necesitan romper con todo (aunque sea por unas horas) para reconectar con el propio cuerpo.

En esta comarca alejada de las grandes urbes, los centros de retiro han experimentado una particular eclosión en los últimos años, sobre todo tras la pandemia. El yoga, la meditación y la falta de cobertura son pilares compartidos por la mayoría de estas iniciativas, aunque el abanico de actividades que ofrecen es mucho más amplio. 

Ubicado en plena montaña a 12 kilómetros del núcleo urbano de Navarrés, el Jardín de Selda nació en 2016 como evolución de un campo de entrenamiento de artes marciales fundado en 1998 por dos artistas marciales que se fueron a vivir a la sierra para dedicarse a esta disciplina y a la meditación. Encarna García, la responsable del proyecto, lo describe como un «encuentro con la naturaleza y el silencio». Ella cambió totalmente de vida al dejar su València natal para mudarse a Navarrés con su pareja de entonces. «Fue una de las mejores decisiones de mi vida», afirma.

El Jardín de Selda acoge retiros de yoga, meditación y silencio, pero también talleres de astrología aplicada, alimentación saludable, baños y pujas de gong. El perfil de los asistentes es de lo más variado. «Hay desde practicantes habituales de estas disciplinas a personas que nunca lo han probado y quieren iniciarse», cuenta Encarna.

"Vivimos en una sociedad cada vez más alejada de lo real, que es la naturaleza. Necesitamos escucharnos a nosotros mismos y olvidarnos de la tecnología"

A la hora de explicar el por qué de la necesidad de estos espacios, lo tiene claro. «Vivimos en una sociedad que cada vez se aleja más de lo real, que es la naturaleza. Cuanto más nos alejamos de ella más nos deshumanizamos», sostiene. «Olvidarte de la tecnología y su exceso de estímulos también es muy importante. Tenemos que escucharnos a nosotros mismos de vez en cuando, encontrarnos con lo que somos. Y ahí es donde personas de todo tipo se dan cuenta de que todos anhelamos lo mismo: paz mental, calma interior y alegría», apostilla Encarna.

Ejercicios de respiración en el Jardín de Selda de Navarrés.

Ejercicios de respiración en el Jardín de Selda de Navarrés. / Jardín de Selda

A poca distancia, en Bolbaite, la Casa del Agua se define como un «santuario en medio de la naturaleza donde lo esencial toma protagonismo», un refugio para quienes buscan «calma, autenticidad y comunidad». Fundado en 2020, este espacio invita a «desconectar del ruido externo para reconectar con uno mismo», gestionando los recursos «de forma consciente» y abrazando «una vida más simple». Desde sus váteres secos de compost hasta sus huertos, «cada rincón está diseñado para fluir con la naturaleza y aprender de ella». 

Yoga y meditación en un centro de retiro.

Yoga y meditación en un centro de retiro. / Levante-EMV

Otros centros de retiro están impulsados por personas procedentes de distintos países europeos. En la partida del Saytón de Enguera, la Generalitat ha iniciado la tramitación de una solicitud para la futura implantación de un camping ecosostenible que contempla varias yurtas —cabañas circulares típicas mongolas— vinculado a la comunidad Kausay, que también apuesta por la agricultura sostenible. 

Centro budista en Quesa

Muy cerca, sin salir de Enguera, la Casa del Viento se oferta como un espacio de yoga, meditación, reiki y otras prácticas holísticas, mientras que Casas de Benali acoge habitualmente retiros medioambientales, de arte, bienestar y yoga en un antiguo caserío árabe. Este espacio impulsado por Daniel y Martine, que también engloba 2.000 olivos ecológicos, además de frutales y nogales, brinda sus 68 hectáreas de terrenos recuperados para disfrutar de "una experiencia óptima de tranquilidad en la naturaleza".

En las montañas de Quesa también opera el Yeshe Chö Ling, un centro budista de retiros, meditación y estudios tibetanos impulsado por la Fundación Shenphen Tersar. En este espacio se realizan «pujas de gong» de 9 horas de sonido y vibración para «aquietar la mente».

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