Cuatro nuevos relojes de sol en Otos para recordar el cultivo de la viña
Joan Olivares y Toni Espinar instalan la creación junto a la antigua báscula de la cooperativa

Perales Iborra
Durante generaciones, el cultivo de la vid -y la producción de vino- fue un motor económico en la localidad de Otos. Sin embargo, en los años 80 del pasado siglo XX todo cambió. Tal y como expone el experto local Joan Olivares, «la Unión Europea sacó unas ayudas para arrancar las vides y el cultivo ya no era tan rentable. Todo el mundo las aprovechó y buscó alternativas. Hoy apenas queda nada de aquello». Tomando como referencia dichos años, Olivares diseñó en la caseta que acoge la antigua báscula de la cooperativa -aún en funcionamiento- un reloj de sol de cuatro caras, que se ha convertido en una especie de homenaje para todos aquellos trabajadores.
«La vid fue, junto con la oliva, el cultivo más importante del pueblo. Hemos querido recordar aquellos tiempos. Cuando venía el tiempo de vendimia se implicaba todo el mundo. Y, como eran expertos, luego se iban a Francia a trabajar. La producción de vino era muy importante en Otos. Incluso, una empresa de cavas del Penedés que hemos nombrado en el mural venía todos los años a comprar una variedad concreta de uva», expuso ayer el gnomonista -experto en relojes de sol-.
La instalación fue finalizada hace semanas y ya puede visitarse. La parte artística ha corrido a cargo del muralista Toni Espinar: «He colaborado con Olivares en varias ocasiones. Creo que es un acierto apostar por este tipo de proyectos artísticos. También hemos recuperado palabras en desuso como ‘safareig’», expuso el pintor.
La caseta tiene cuatro caras que miran a los distintos puntos cardinales. Y en cada una de ellas se ha instalado un reloj de sol diferente.
Uno de los dispositivos está marcado con la palabra -Orto- y marca las horas que hace que ha salido el sol. Se cumple con precisión milimétrica. El mural que lo acompaña muestra el proceso de recogida de la uva.
En el segundo de los montajes se habla de la producción del vino, con procesos como el transporte y el prensado. En este caso se ha instalado un reloj más convencional, donde se marcan las horas en las que el sol está presente, tanto en invierno como en verano.
En la tercera cara de la caseta se sigue con el proceso del vino, como su envasado en garrafas de vidrio que traía una empresa de Benigànim. En este montaje artístico se ha añadido a dos personajes locales, muy conocidos entre la gente que producía el vino: Ángel y Vicent, el Moreno: «Son residentes del pueblo, que trabajaban en la viña. A través de ellos, rendimos homenajes a todos». Para incluirlos, Olivares facilitó a Espinar fotografías antiguas de la época. El reloj de sol de esta faz de la caseta solo funciona por la tarde, ya que marca las horas que quedan para que llegue la puesta de sol.

Otos suma un nuevo reloj de sol: el nuevo dispositivo homenajea la producción de vino / Perales Iborra
En la última cara de la instalación se emula una antigua cantina: donde se tomaba el vino. Aquí también se ha incluido a personajes locales, como la pareja que regentaba el local y a «Felip, el del cabàs», un chico que sufrió una enfermedad de pequeño y era transportado en un «cabàs» al no poder moverse por sí mismo.
El reloj de sol dedicado al cultivo y la producción de vino es el último de los dispositivos de este tipo que se ha inaugurado en Otos. La población tiene una ruta turística y ya suma más de 40.
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