Explosión de arte en la alquería rescatada por Botifarra
La Casa Cuesa de Xàtiva y los tesoros que alberga inspiran un innovador proyecto colectivo de experimentación artística promovido desde la facultad de Bellas Artes de la UPV

Botifarra, al centro, junto a artistas que participan en el proyecto, en la Casa Cuesa, este sábado. / Levante-EMV

El cantaor Pep Gimeno «Botifarra» quedó cautivado por la majestuosidad de la Casa Cuesa de bien pequeño, cuando paseaba montado en jaca junto a su madre por los alrededores de esta alquería de la huerta Xàtiva levantada en el siglo XV. En 2016, preocupado por el ruinoso estado de conservación que condenaba a la extinción al histórico inmueble, deshabitado durante mucho tiempo, se reunió con su propietario, el político y diplomático madrileño Fernando Merry del Val, y cerró un trato para su adquisición.
Después de un laborioso proceso de rehabilitación con sus propias manos y con la ayuda de familiares, la alquería volvió a brillar para convertirse en un símbolo de recuperación del patrimonio y en un punto de referencia para la cultura valenciana. En su espacioso interior, Botifarra ha ido dando forma a una suerte de museo etnológico particular donde atesora decenas de antiguos «tesoros», entre herramientas, utensilios y muebles que ha ido comprando, coleccionando y restaurando y que evocan la forma de vida de los ancestros y cómo era el duro trabajo en el campo, hace décadas o incluso siglos.
Sobre este estimulante escenario comenzó ayer a desarrollarse un proyecto experimental, nacido de las entrañas de la facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica deValència, que busca tejer lazos entre el arte contemporáneo y el pasado explorando conceptos como la memoria o la identidad.
Comisariada por MartíLlopis y Chiara Carzan, la propuesta «On està l’haca?» reúne a casi una veintena de artistas invitados y profesores que, inspirándose en los elementos dispuestos por las diferentes estancias de la Casa Cuesa, van a crear nuevas piezas y a establecer conexiones poéticas y narrativas mediante técnicas como la reinterpretación, la apropiación o la inventiva poética. Este sábado, el proyecto dio su primer paso sobre el terreno, con la visita de los participantes al inmueble.

Pepe Romero, Sara Vilar, Botifarra, Chiara Carzan y Merxe Pereira, en la Casa Cuesa. / Levante-EMV
La «jaca» que da título a esta experiencia inmersiva simboliza el enlace perdido entre los objetos y la mano que los usaba antiguamente. El proyecto invita los artistas a ser la jaca, el concepto que tira del objeto. El impás entre la herramienta y la actividad que esta surgiere, de manera que la misma se transforme en una nueva propuesta artística. En la «aventura vivencial» participan artistas de Xàtiva como David Vila, Sara Vilar, Inma Abarca, Àngela Malyshava, Graham Bell Tornado o el propio Botifarra, junto con otros creadores valencianos.
La propuesta cristalizará con una doble exposición colectiva y una «performance» coral cuya inauguración está programada para el 27 de marzo en la propia Casa Cuesa de Xàtiva. Con posterioridad, a finales de año, el desenlace del proyecto llegará a la Casa de la Cultura de Alboraia, con una reinterpretación de los objetos.
Los artistas, según explican los coordinadores de la inicaitiva, podrán así reinventarse y explorar verbos creativos inspirados en Richard Serra, para producir nuevas piezas artísticas que continúen la narrativa iniciada en la capital de la Costera y el diálogo entre el arte contemporáneo y el pasado como fuente de inspiración, con la necesaria participación del público.
El sueño de Botifarra de transformar en un «nido de artistas» la vieja alquería en ruinas que tanto le deslumbró en su infancia se ha hecho realidad.
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